miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

embargo, el hambre de inmortalidad es el fruto de la desesperación frente a la
muerte, en cuanto por un lado hay quien se desespera por resignarse a la
aniquilación, y por otro hay quien lo hace por no poder hallar una solución al
problema. Es lo que contemporáneamente declara también a sus lectores
españoles,
“La desesperación es el hecho más íntimo de nuestro tiempo y acaso de todos los tiempos
civilizados. Unos creen por desesperación, y otros por desesperación no creen” 25 ,
y reitera pocos años más tarde,
“Por desesperación se afirma, por desesperación se niega, y por ella se abstiene uno de afirmar y
de negar” 26 .
A la angustia kierkegaardiana de pensar en un regreso a la nada de la que
surgió la vida humana, se opone la desesperación del poeta italiano Giosuè
Carducci que renunció a indagar el misterio del universo. El arcano de la
existencia universal es tal en cuanto procede, como sostiene Giuseppe Rensi, de la
imposibilidad lógica de pensar en la mente como no pensante. Pero la solución de
Unamuno al dilema diverge de la del redactor de la revista Cœnobium, ya que el
italiano propone una renuncia religiosa a la inmortalidad, mientras que el vasco
sostiene la potencialidad de la conciencia, que coincide con el fin del universo, y
del sentimiento, que estimula la actividad cerebral para el conocimiento. La
cuestión del más allá es un problema vivo y sentido, es decir, vital y sentimental y
no ha de desembocar ni en aquel intelectualismo que sólo cree en lo que conoce ni
tampoco en la fe de carbonero, pasiva y simplista del vulgo. El famoso salto
kantiano, que Unamuno menciona en múltiples ensayos, de la crítica de la razón
pura a la crítica de la razón práctica, no es sino un salto de esperanza cordial en la
supervivencia del alma.
De hecho, para don Miguel la metafísica sólo puede conducir a una idea de
Dios, mientras que la fe lleva al propio Dios. Y esta fe se basa en la desesperación
del alma moderna; aquella desesperación o inquietud espiritual que halla su
remedio en la desesperación misma, es decir, en una lucha perenne entre
25 «Razón y vida», en Renacimiento, n. 5, julio de 1907.
26 STV, OCV, XVI, p. 250.
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