miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

Rinnovamento que se conformó totalmente con la condena y con el abandono del
proyecto editorial. Los restantes directores, Alessandro Casati y Antonio Aiace
Alfieri, junto con sus más fieles colaboradores, siguieron difundiendo el principal
órgano del modernismo religioso italiano. No obstante, declararon abiertamente
que su actitud no era de rebeldía hacia la autoridad y comunciaron, en la misma
revista, su voluntad de no romper con la Iglesia católica:
“Non atteggiamenti di ribelli in lotta, si attendano da noi per l'avvenire, ma le disposizioni di
uomini che servono la verità e con essa la Chiesa” 30 .
Por todas estas razones Giuseppe Gangale, uno de los mayores conocedores del
modernismo religioso italiano y europeo, pudo afirmar que, no obstante el drama
de la Pascendi, la mayoría de los que fueron condenados por la Iglesia siguieron
profesando, a pesar de todas las dificultades, su fieldad al catolicismo 31 .
Todos estos planteamientos – la voluntad y el empeño por parte modernista de
no romper con la Iglesia católica, a pesar del rechazo de la teología escolástica y
de la polémica con la autoridad – difícilmente se concilian con la intención
cismática que Unamuno explicita en su artículo de Leonardo. Aquí, el pensador
vasco expresa rotundamente la necesidad de una cambio radical, de una reforma
española del catolicismo, ahogada por la Inquisición, que la mística preparó y aun
aguardan no pocos españoles. Y por reforma no entendía una mera traducción en
España de la luterana, porque el carácter latino de su pueblo no se adecuaba a la
estrechez de criterio del protestantismo alemán 32 , sino un cisma con la Iglesia
Apostólica Romana para alcanzar una forma de cristianismo igualmente elevada
tanto sobre el catolicismo como sobre el protestantismo. De ahí que anhele un
cristianismo ideal que pueda transformar los dogmas a su antojo y prescindir del
intelectualismo de la teología católica a través del “salto” de la crítica de la razón
pura a la crítica de la razón práctica, admitiendo de esa forma el triunfo de Lutero.
“No, no soy católico, y Dios me libre de caer en serlo” 33 , afirmará, pues, tajante y
perentoriamente frente a quien, como Papini, le había definido como tal. No será
30 Cfr. Los directores (A. A. Alfieri, A. Casati), «Dopo un anno», en Il Rinnovamento, año I, 1907,
n. 11-12, pp. 603-617, cit. p. 617.
31 Cfr. G. Gangale, Revival. Saggio storico sulla storia del protestantesimo in Italia dal
Risorgimento ai tempi nostri, Roma, Doxa, 1928, edición consultada de A. Cavaglion, Palermo,
Sellerio, 1991, pp. 65 y ss.
32 «Carta a Nin Frías», 13 de noviembre de 1906, en 13 cartas inéditas de Miguel de Unamuno a
Alberto Nin Frías, edición de P. Badanelli, Buenos Aires, La Mandrágora, 1962, p. 70.
33 «Sobre el quijotismo», infra, p. 445.
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