miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

mismo Botti 15 , la convivencia de cristianismo y socialismo, si por un lado sugiere
un acercamiento al modernismo religioso, por el otro sólo puede circunscribirse a
una breve temporada de su experiencia biográfica. Sabidas son las etapas políticas
del joven Unamuno y la crítica está bastante de acuerdo en reconocer en el bienio
1894-96 uno de los momentos más cercanos al socialismo. Pérez de la Dehesa
observa también que en torno a los años 1896-97 en Unamuno “abundan también
cada vez más las citas de los Evangelios y de La Imitación de Cristo” 16 . A pesar
de algunos juicios maniqueos, como el de de Zubizarreta que presentó “el radical
humanismo ateo de Unamuno” 17 entre los años 1882 y 1886, o como el de Blanco
Aguinaga que quiso a toda costa insertar a Unamuno dentro de la órbita de un
marxismo ortodoxo 18 , puede afirmarse que el socalismo siempre fue un elemento
fundamental de su actitud humanista, que su sentimiento socialista trascendió la
ruptura en 1896 con la Agrupación Socialista de Bilbao y, más en general, que
siempre demostró cierta simpatía hacia el socialismo. No obstante, puede
afirmarse que Unamuno se acercó estrictamente al movimiento político sólo en
época juvenil porque, después de abandonar la supuesta ortodoxia marxista
centrada por Blanco Aguinaga entre 1884-86 19 y por Pérez de la Dehesa entre
1894-96 20 , después de abandonar el positivismo, el cientificismo, las teorías de
Spencer y el progresismo a través de una actitud siempre más irracionalista,
llegará con la crisis del '97 a una primera separación del socialismo para culminar
con una definitiva ruptura determinada precisamente por razones trascendentales,
que es evidente ya con la publicación de la Vida de Don Quijote y Sancho en 1905
cuando, como deduce Elías Díaz, “nos encontramos con un Unamuno
radicalmente distinto” 21 . A partir de la crisis empieza en Unamuno un proceso de
mutación ideológica y espiritual; ya en 1898 negará su ataque al tradicionalismo
expresado en «¡Muera Don Quijote!» y rechazará los valores de la modernidad, el
progresismo y el europeismo en «¡Viva Alonso el bueno!» y «Más sobre Don
Quijote». En 1902 publica por la Revista Jurídica y de Ciencias Sociales de
15 Ibidem, p. 99.
16 R. Pérez de la Dehesa, Política y sociedad en el primer Unamuno: 1894-1904, Barcelona, Ariel,
19732 , p. 65.
17 A. F. Zubizarreta, Tras las huellas de Unamuno, cit., p. 113.
18 Véase C. Blanco Aguinaga, «El socialismo de Unamuno: 1894-1897», en Revista de Occidente,
n. 41, 1966, pp. 166-180; y «De nuevo: el socialismo de Unamuno (1894-1897)», en CCMU, año
1968, n. 18, pp. 5-48.
19 Cfr. C. Blanco Aguinaga, Juventud del 98, Madrid, Siglo XXI, 1970, pp. 41-113.
20 Cfr. R. Pérez de la Dehesa, Política y sociedad, cit., p. 60.
21 E. Díaz, cit., p. 86.
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