miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

encuentra su idea de “moral de batalla” 29 , es decir, la imposibilidad de imponer
una paz entre razón y sentimiento. De ahí un conflicto inacabable entre las dos
facultades del cual brotará la esencia de su vida espiritual. Sin embargo, en este
planteamiento dicotómico de su fe, que se sostiene en la incertidumbre y en la
desesperación, el sentimiento vital funda su esperanza. Razón y sentimiento se
necesitan entre sí, en la medida en que plantean esa incertidumbre que da sostén al
acto voluntarístico del querer creer como base de la fe. La duda agónica sobre la
aniquilación o la persistencia en el más allá desembocaría, en ambos casos, en la
desesperación espiritual. Sancho y su amo don Quijote serán, como es sabido, las
dos facetas de una misma personalidad que se necesitan mutuamente y que, como
Pizarro y Loyola, luchan a la desesperada para apuntar a una fe viva y verdadera:
“es de la desesperación y sólo de ella de donde nace la esperanza heroica, la esperanza absurda, la
esperanza loca. Spero quia absurdum, debía decirse, más bien que credo” 30 .
Además, el Rector de Salamanca admite una “resignación en la desesperación”
o “desesperación resignada” 31 , en la medida en que un hombre no sabe ni si muere
del todo ni si no muere. Este tipo de desesperación, que no tiene nada que ver con
la desesperación demoníaca y salvífica de Kierkegaard, es, para don Miguel, algo
genuinamente español. Trátase de una desesperación que se alimenta de la
voluntad de sobrevivir, de una “esperanza desesperada de la resurreción de la
carne” 32 , de una “impaciencia de la esperanza, es acaso la esperanza sin fe” 33 , pero
no es la desesperación sin esperanza de “un Pascal, un René, un Obermann, un
Thompson, un Leopardi, un Vigny, un Lenau, un Kleit, un Quental, un
Kierkegaard” 34 . Por eso, ni su desesperación es una resignación total, ni su
esperanza es una confianza indolente en un “colchón” racionalista y religioso,
protestante o católico. Ambas componentes coinciden y se contraponen a la vez, al
igual que su idea de fe y ciencia. Como apunta Charles Moeller, la desesperación
esperanzada de don Miguel se adhiere a la esperanza-pasión, por su punto de
partida que tiende hacia la dicha, y a la esperanza-virtud, por su meta que apunta
29 Ibidem, pp. 236-237.
30 Ibidem, p. 445.
31 Ibidem, p. 160.
32 AC, OCV, XVI, p. 471.
33 «Sobre la tumba de Costa», 1911, OCV, III, p. 1138.
34 Ibidem.
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