miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

largo de ese espacio, durante el cual Unamuno estuvo a menudo sujeto a drásticos
cambios de pensamiento, ofrezcan el mismo valor.
Es lo que ocurre con su percepción del individualismo que va rectificándose
con el paso del tiempo y que adquiere en la época más vigorosa del modernismo
religioso un matiz que le aleja del planteamiento de James al considerar el genio
frente a la sociedad:
“El genio sirve de poco o no sirve de nada, si no es el núcleo en torno del cual se agrupan «los cien
hombres de mediano talento, pero honrados y tenaces». Es más: creo que un solo genio, un genio
solitario, si por acaso naciese entre nosotros […] no maduraría, a falta de otros genios. Es la
sucesión de genios, la mutua fecundación de sus labores, lo que hace las grandes épocas de un
pueblo, como lo ha mostrado bien el gran pensador norteamericano Guillermo James en su ensayo
sobre los grandes hombres y su ambiente […] La espera del genio, si de veras lo esperáramos, en
vez de sumirnos en la quietud, nos movería a la acción […] Si nuestros jóvenes creyeran de veras
en el advenimiento del genio, habríanlo producido ya, sacándolo de entre ellos mismos; si tuvieran
fe en el genio, habrían hecho el genio, porque la fe crea su objeto” 115 .
En realidad lo que Unamuno hace es defender la misma tesis que James, que
no consiste sino en aplicar las teorías darwinianas a la evolución social: la lucha
por la existencia y la supervivencia del más apto, las variaciones accidentales y
espontáneas y la selección natural 116 . Pero con una diferencia fundamental, y es
que James se ciñe más a ellas que Unamuno. Según James el individuo llega al
mundo dotado de ciertas cualidades innatas producto de las variaciones
accidentales y espontáneas – el genio, por ejemplo –; la sociedad o el ambiente lo
seleccionan, es decir, lo adopta o lo rechaza; si lo adopta, entonces el individuo,
que posee toda la iniciativa, modifica esa sociedad o ambiente. Asimismo, las
revoluciones sociales, que constituyen una lucha por la existencia en la que
sobrevive el más apto, adoptan muchas veces genios que de otro modo pasarían
inadvertidos 117 . Unamuno coincide esencialmente con todo ello, pero introduce
ciertas variantes. En primer lugar, si bien cree como James que sólo la sucesión de
genios crea las grandes épocas de un pueblo, no atribuye exclusivamente a éstos –
como no lo hace James – la evolución social, sino “la sucesión de individuos
diversos”; con lo cual, se muestra más democrático que el norteamericano. La
115 «Alma de jóvenes», 1904, OCV, III, pp. 726-727
116 Cfr. W. James, cit., pp. 17 y 66.
117 Cfr. R. Pérez de Ayala, «Levadura y masa», en ABC, Madrid, 3 de noviembre de 1960.
208