miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

la pertenencia de Unamuno de una vez por todas; sólo nos limitaremos a presentar
el contexto modernista en el que se insertan las reflexiones religiosas de Unamuno
y trataremos de explicar cuáles son, a nuestro juicio, las afirmaciones legítimas
que se pueden emitir, con respecto a Unamuno y sus contactos con el movimiento
reformista, y cuáles no. Será preciso, a este respecto, partir de los juicios que
algunas de las figuras más autorizadas han tratado de establecer para adquirir una
visión más amplia de la compleja problemática, comprender las distintas
interpretaciones que suscitaron sus elucubraciones religiosas y notar como se
afirmó todo y lo contrario.
De Murri a Oromí
El primero que vio algún parentesco entre Unamuno y el modernismo religioso
fue el italiano Romolo Murri cuando, en las Lettere spagnole, recogidas en un
volumen en 1911, calificó al escritor como un “credente modernista” 11 , aunque sin
añadir más explicaciones.
Bastante temprana fue también la opinión de Paul Claudel, que en una carta de
1916 dirigida a A. Gide escribe:
“En ce qui concerne M. de Unamuno, je en le connais encore que par l'extrait suffit à en donner les
plus vives défiances... Sa métode est «un vitalisme anti-intellectualiste». Bref, ce catholique est un
protestant ou, pire ancore, un moderniste. Sa doctrine est un résumé de maximes qui on été je en
sais combien de fois condannées par Rome, et, en dernier lieu, par l'Encyclique Pascendi” 12 .
En 1935 Juan Ramón Jiménez propone la idea de un modernismo entendido
como movimiento general de pensamiento liberal y, además – si se exceptúa una
breve alusión al tema de Federico de Onís en la «Introducción» a la Antología de
la poesía española e hispanoamericana por él cuidada en 1934 – rompe las
barreras entre modernismo estético, modernismo religioso y Generación del '98.
Unamuno sería, según su concepción, el modernista máximo,
11 R. Murri, La Spagna e il Vaticano. Lettere spagnole, Milano, Treves, 1911, p. 125.
12 P. Claudel, «Carta a Gide», 14 de marzo de 1916, en P. Claudel-A. Gide, Correspondance
(1899-1926), edición de R. Mallet, Paris, Gallimard, 1949, p. 236.
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