miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

Pastor Aeternus del 18 de julio de 1870, se produce un cambio de sensibilidad en
los ambientes intelectuales españoles. Hasta aquel momento, el liberalismo
católico español tuvo mucho cuidado en no romper con la tradición religiosa y, en
general, nadie se atrevía a enfrentarse duramente a la Iglesia; ahora se advierte un
general anquilosamiento de las instituciones eclesiásticas por efecto de la rigidez
moral y dogmática, y se produce una determinada actitud de rebeldía que
caracterizará las últimas décadas del siglo XIX prolongándose hasta el siglo XX.
Este hecho persuade a Abellán de que España fue favorable a la introducción
del modernismo religioso, ya que a finales del siglo XIX la juventud intelectual
estuvo dispuesta a aceptar una poesía espiritual que rechazara las antiguas
creencias dogmáticas. Fenómenos como el krausismo, el positivismo, el
catolicismo liberal y el regeneracionismo habían preparado el terreno a la
introducción del movimiento, sigue afirmando el crítico sirviéndose del apoyo
deValentí:
“muchas de las coincidencias advertibles entre krausistas y modernistas proceden de que el auge
de los primeros y las batallas que libraron en el seno de la universidad española, y en el de la
sociedad en general, coincidieron con la pugna sostenida a lo largo del siglo por las distintas
formas del catolicismo liberal” 61 .
Pero, la intención de Valentí es, al fin y al cabo, la de brindar una definición
de modernismo religioso totalmente asimilable a la del catolicismo liberal, o sea,
describe una tendencia sin características propias como para distinguirse de la
rebeldía religiosa del siglo XIX. Por lo cual, tiene razón Botti al sostener que el
crítico catalán se construyó una idea de modernismo religioso “ad hoc”, es decir,
que sólo se conforma con su norma general, y que se forjó una definición del
movimiento demasiado genérica, demasiado alejada de la realidad 62 . Por eso,
cuando Abellán se sirve de las citas de Valentí sin considerar los límites de una
visión bastante aproximada, sólo parece querer negar la carencia en España de
debates filosóficos o teológicos que, en cambio, un intelectual del alcance de
Unamuno reconoció abiertamente. ¿Dónde están las revistas que apoyaron el
movimiento, que fueron tan numerosas en los países vecinos? ¿Hubo en España
algún órgano de prensa que pudiera compararse, por la aportación a la causa
61 E. Valentí i Fiol, cit., p. 71.
62 Cfr. A. Botti, La Spagna e la crisi modernista, cit., pp. 18-19.
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