miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

“Salvo por alguna rara excepción – los dominicos neotomistas Juan González Arintero (1860-
1928) y Francisco Marín-Sola (1873-1932) y el presbítero gallego Ángel Amor Ruibal (1869-
1930) […] – la teología española fue intelectualmente nula” 111 .
De forma parecida se expresan José Andrés Gallego y Antón M. Pazos, que
individuan en los nombres de González Arintero, Matías García, Amor Ruibal y
Marín Sola los únicos nombres que lucharon por la renovación teológica en
España 112 .
Por lo cual, Alonso Getino, Graciano Martínez, Pedro Martínez y Vélez,
Miquel d'Esplugues, Rupert M a . de Manresa, Pey Ordeix, José Ferrándiz,
Maximiliano Arboleya Martínez, Juan Zaragüeta y también Matías García sólo
son, a mi juicio, figuras secundariaS al margen de un concreto propósito
reformador del catolicismo que si por un lado destacaron por cierta sensibilidad al
diálogo con la facción rebelde y por reconocer la necesidad de una reforma
cultural del clero en una tierra ancestralmente hostil a semejante problemática, por
el otro no acuñaron una auténtica teoría filosófica o teológica, ni abarcaron con
suficiente obstinación aquellas temáticas capaces de sacudir la institución de su
propia orden e Iglesia, limitándose en algunos casos a pedir una reforma
disciplinar.
Torres Queiruga, al reconocer la necesidad de estudiar con mayor diligencia la
permeabilidad en España de las temáticas modernistas, sostiene que después de
Botti, cuyo estudio sólo es un primer acercamiento al problema, la crítica española
no ha hecho más que reiterar un tópico y descansar sobre una idea que merecería
ser profundizada:
“A. Botti […] ha subrayado la presencia mayor de la problemática modernista, sobre todo en
Maeztu y Unamuno, por una parte, y en Alonso Getino, Matías García, Juan González Arintero
(dominicos), Pedro Martínez Vélez, Graciano Martínez (agustinos), Miquel d'Esplugues, Rupert
María de Manresa (capuchinos), por otra […] Luego, como es natural, los demás comentaristas
han repetido el tópico” 113 .
No se puede negar, en conclusión, la debilidad de las expresiones de rebeldía
española frente a lo que ocurrió en el resto de Europa, debilidad que después de la
111 J. P. Fusi Aizpurúa, cit., p. 28.
112 Cfr. J. A. Gallego y A. M. Pazos, cit., p. 126.
113 A. Torres Queiruga, «Presentación de Amor Ruibal», cit., pp. 240-241.
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