miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

sé que hay bastantes que le leen y le invocan como maestro” 11 .
Puede que este juicio sea un poco exagerado y, por consiguiente, poco fiable,
en cuanto pronunciado por uno de los máximos defensores del conservadurismo
católico – hasta llegar a dirigir La Ciencia Tomista y ser nombrado superior de la
residencia de Santo Domingo el Real de Madrid en 1912 – que veía crisis y
peligros para la fe en cualquier lugar: en todos los órdenes, en la autoridad y en la
educación, en la anarquía y en el cesarismo pagano de su sociedad, en el
bolchevismo y en el nacionalismo absoluto 12 , pero también en la democracia por
ser enemiga de la Iglesia católica al sostener el poder ilimitado del Estado, en el
socialismo, en el comunismo, en el nihilismo 13 y, por cierto, en la Segunda
República española 14 . En todo caso, atestigua cómo la fama de Fogazzaro
repercutió en todo el ambiente intelectual español.
En 1912 se registra otra reseña al texto. El padre jesuita Constancio Eguía Ruiz
publica una serie de artículos en Razón y fe donde, como había sucedido en el
caso precedente, señala dos etapas: una caracterizada por el amor hacia la mujer y
el conflicto amoroso, otra más centrada en la acción social y en el problema
religioso. Il Santo representará su fracaso desde todo punto de vista: religioso,
científico y artístico 15 . En referencia a Piero Maironi escribe:
“¿Y quién es él para lanzarse a banderas desplegadas a enseñar a la Iglesia de Dios? ¿Quién le ha
comisionado? ¿Es por ventura otro Pedro, a quien haya dicho Jesús: ‘Apacienta mis corderos’?
¿Es un apóstol a quien haya mandado Jesús que ‘vaya y enseñe a todas las gentes’? ¿Tiene siquiera
la aprobación eclesiástica para abordar, como hace, los grandes problemas religiosos? ¿Con qué
milagros prueba la autoridad de su nueva acción en la Iglesia? ¿De dónde saca él y de dónde sus
secuazes el secretos de los nuevos misterios del matolicismo progresista, que la antigua Jerarquía
no conocía? [...]. Los católicos saben que al pueblo cristiano, trátese de indoctos o doctos, sólo le
compete oir a los que Dios le dió por maestros: al Pontífice Romano, sucesor de Pedro; a los
11 A. González Menéndez Reigada, «La obra literaria de Fogazzaro», en La Ciencia Tomista, año
II, n. 9, 1911, p. 412.
12 Cfr. A. González Menéndez Reigada, Sobre la Acción Católica, La Laguna, Imprenta Pacheco,
1935, pp. 5-6.
13 Cfr. A. González Menéndez Reigada, Los enemigos de España, La Laguna, Imprenta Católica,
1939, pp. 7-8 y 28-30.
14 Cfr. A. González Menéndez Reigada, El Papa y España, La Laguna, Imprenta Católica, 1942,
recogido en G. Alemán, Los primeros días de la Guerra, Santa Cruz de Tenerife, Ediciones Idea,
1997, pp. 51-53.
15 Cfr. C. Eguía Ruiz, «Necrología literaria. Fogazzaro poeta», en Razón y fe, año XI, tomo XXXII,
1912, pp. 211-221; «Fogazzaro novelista», ibidem, pp. 353-363; «Fogazzaro novelista», ibidem,
pp. 487-495; «Fogazzaro novelista», ibidem, tomo XXXIII, pp. 80-89.
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