miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

Y en el mismo texto Palabras de 1905 sigue su explicación demorándose
sobre los puntos centrales de la doctrina krausopositivista y naturalista, a saber: el
concepto de un Estado educador, el sentido de la familia, la emancipación de la
mujer, la patria potestad, el matrimonio, la propiedad y el rechazo de una
jerarquía social fundada en la riqueza. Muchos de estos puntos, en otras palabras,
coinciden con el regeneracionismo, con el naturalismo, con el pragmatismo
político y también con las conclusiones de algunos modernistas italianos política
y socialmente empeñados como Buonaiuti o Murri; no obstante, si por un lado su
exposición resulta interesante por condensar como ningún otro krausopositivista
el espíritu de la Institución que abre camino a la modernidad, por el otro “no
puede en ningún modo considerarse parte [...] de la cultura modernista” 53 por la
carencia de especulación religiosa que padecen sus argumentaciones frente a una
excesiva coagulación de temáticas y posturas procedentes de distintas corrientes
políticas, sociales, literarias y, sólo en una mínima parte, religiosas.
Krausismo y modernismo religioso, en otras palabras, no coinciden ni en el
punto de partida, ni en las conclusiones. En el punto de partida porque, aunque el
krausismo español surja de una intención seudoreligiosa de unir el teísmo al
panteísmo, carece de suficientes argumentaciones metafísicas, de una
especulación puramente teológica y, sobre todo, de la exégesis bíblica.
En las conclusiones, en cambio, porque la filosofía de Krause que, como ya se
ha dicho, nació de una intención religiosa, terminará desarrollando en España casi
exclusivamente el anhelo de reformas prácticas y pragmáticas en los distintos
ámbitos de la sociedad y, por consiguiente, sus partidarios no pudieron evitar
implicaciones políticas; a este respecto hay que recordar que el modernismo
religioso italiano, por ejemplo, termina su etapa más fuerte, interesante y
propiamente religiosa justo con el intento de Buonaiuti de realizar una síntesis
entre el pragmatismo de James aplicado al ámbito religioso y la concepción
escatológica de los origenes del cristianismo de Loisy, para llegar a la afirmación
de una identidad entre el socialismo político y el cristianismo que confluirá en un
confuso socialismo cristiano, en un modernismo político dotado de una
interpretación casi exclusivamente social del mensaje religioso.
En conclusión, la plausibilidad de considerar el krausismo como sucedándeo
del modernismo religioso termina en estas principales y sintéticas motivaciones:
53 L. de Llera, Religión y Literatura, cit., p. 98.
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