miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

En su evolución ideológica posterior falta, como nota Pérez de la Dehesa, “la
llamada a una total colectivación de los medios de producción” y sus ataques a la
propriedad privada se limitarán al ámbito agrícolo 26 ; después de su destitución
como Rector de Salamanca en 1914, empezará asociando el socialismo al
liberalismo en una voluntad de desestatalización para salvarlo de la sospecha de
autoritarismo; una actitud arbitraria e individualista que no es sino “expresión
antisocialista de ese liberalismo en crisis” 27 . De hecho, a partir de 1897 se definirá
socialista siempre con menos frecuencia; de ahí que para Elías Díaz “no hay, en
efecto, base suficiente para situar coherentemente a Unamuno dentro de un
contexto socialista” 28 .
En segundo lugar, hay que preguntarse ¿en qué medida el pensamiento del
vasco puede asociarse al movimiento teológico europeo por una semejante visión
socio-política?
Entre los modernistas, el máximo partidario de un socialismo cristiano fue el
italiano Ernesto Buonaiuti que, a través de una intensa actividad de divulgación,
logró constituir a su alrededor un grupo de intelectuales romanos que sostuvieron
el socialismo cristiano, y que durante un año tuvieron como órgano de propaganda
la revista Nova et Vetera. La revista fue publicada por primera vez el 10 de enero
de 1908, o sea, poco después del fracaso de una síntesis de las nuevas tendencias
reformistas italianas que se intentó en agosto de 1907 con el congreso de
Molveno, patrocinado por Murri, Fracassini y Buonaiuti, que se sirvieron del
auxilio de Piastrelli para organizarlo. La imposibilidad de aglutinar las distintas
tendencias del grupo veneto moderado de Fogazzaro, del tomismo murriano, de Il
Rinnovamento, que predicaba una reforma interior con la primacía de la religión
sobre la ciencia y la teología, del Seminario de Perugia, concentrado en la
renovación de la ciencia bíblica y de la cultura del clero, de Genocchi, que insistía
en el nuevo método histórico-crítico para una renovación de los estudios
eclesiásticos, y del mesianismo social de Buonaiuti, implicó una ruptura en el
seno del modernismo religioso italiano. Será preciso recordar aquí que el grupo de
Buonaiuti, que buscaba una identidad entre socialismo y cristianismo reformado,
fue considerado el más radical y, por eso, atrajo en no pocas ocasiones la
animadversión de los restantes componentes. Con la publicación de las Lettere di
26 Cfr. R. Pérez de la Dehesa, Política y sociedad, cit., p. 165.
27 E. Díaz, cit., p. 91.
28 Ibidem.
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