miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

De esa forma, Uamuno resultaría el máximo representante del modernismo
español, bien en su cara formal literaria, bien en su cara religiosa 91 .
En 2002 Juan Cózar Castañar realiza un estudio sobre la presencia del
modernismo teológico y literario en cinco autores españoles y no podían faltar
algunas páginas dedicadas a don Miguel. El estudioso más que nada señala en el
agnosticismo, en algunos aspectos de su fe, en su rechazo del dogma, en su visión
del Cristo y en la libre interpretación de las Sagradas Escrituras, su mayor sintonía
con el fermento reformador europeo. A pesar de ello, no duda en manifestar
muchas reservas y en pesar las palabras, como se nota desde el principio al titular
el primer párrafo del capítulo que le consagra «Unamuno, abierto al pensamiento
modernista teológico». Su crítica, al fin y al cabo, está lejos de demostrar su
inserción en el movimiento y se limita, muy razonablemente, a estudiar los puntos
de contacto. Por eso, empieza el estudio sobre Unamuno en función del
modernismo religioso con una interesante observación que merece la pena
transcribir por entero:
“No quisiera pecar de osado colocando al rector de Salamanca una etiqueta que él mismo
rechazaría de plano en su afán de no ser etiquetado de nada ni por nadie, como nos dejó bien claro
[…] Sólo intento aquí rastrear en qué medidad y amplitud el pensamiento y las expresiones del
lenguaje del Modernismo teológico, ya antes expuesto, salpicaron con mayor o menor exactitud
toda la obra de D. Miguel tanto en prosa como en verso” 92 .
Pero es menester apuntar que ya desde la primera lectura del estudio que Cózar
Castañar dedica a Unamuno, el realizado desde la perspectiva exquisitamente
modernista religiosa e integralmente dedicado al vasco, destaca inmediatamente
que el estudioso, licenciado en Teología y sacerdote de la diócesis de Jaén, no
añade mucho, tanto en las premisas como en las conclusiones, a la precedente
investigación de Cirarda y Lachiondo, con el cual demuestra tener una evidente
deuda. Además, el estudioso incurre en otro grave error, como ya hicieron Quintín
Pérez, por lo que toca a Unamuno, y algunos corredactores del texto coordinado
por Luis de Llera, en lo que se refiere a los demás intelectuales laicos próximos al
movimiento: intenta sacar una especie de teoría modernista estándar y atribuir a
todos los miembros del movimiento, por lo menos implícitamente, el mismo
91 Cfr. L. de Llera, «Miguel de Unamuno: “Ese tío modernista”», en Religión y Literatura, cit.
92 Cfr. J. Cózar Castañar, cit., p. 95.
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