miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

sacudirse de ello siempre conservan un supersticioso culto a la letra. Tal vez en el fondo sea el
católico más racionalista, por ser más pagano que el protestante, que es más fideísta. Los cristianos
educados en el catolicismo cuando dejan éste, siguiendo cristianos, están más prontos a aceptar los
resultados de la exésis libre. Lo que creo que se prepara es un cristianismo a secas, un cristianismo
amplio y universal, igualmente elevado sobre el catolicismo y protestantismo, sin dogma católico
ni protesta protestante, algo a que confluyen la tendencia del abate Loisy – cuyos dos preciosos
libros L'Évangile et l'Église y Autour d'un petit livre conocerá usted – y de Harnack de otra parte,
por ejemplo” 304 .
Don Miguel, en el intento de tratar con el preclaro uruguayo la temática del
cristianismo entre Europa y América, confiesa que, a pesar de su voluntad de
reforma, anhelaba una síntesis entre la razón católica y el sentimiento protestante,
una religión depurada de todo lo que no sea Jesús mismo. Su simpatía por el
protestantismo liberal es tan incuestinable como la que siente por el modernismo
religioso, pero del primero rechazaba su inflexibilidad, del segundo su voluntad
de permanecer a toda costa dentro de la Iglesia apostólica romana como
demuestra la actitud de sumisión que mostraron Loisy o Il Rinnovamento, por
ejemplo, a la hora de la condena. Pedro Badanelli afirma, remitiéndose a
Whitehead, que Unamuno desencadenó su rebelión justo contra los “artefactos
sistemáticos” de ambas confesiones: demasiado inflexible a la razón tuvo que
parecerle la fe protestante; demasiado intransigente hacia los sentimientos era para
él la católica. “Más espíritu y menos letras”, cita Badanelli a Karl Barth 305 . Y lo
mismo podría haber dicho Unamuno; lo mismo, por cierto, no se puede afirmar de
dos historiadores y filólogos de la altura de Loisy y Harnack.
El Cristo de la historia y el Cristo de la fe (1)
Entre las 65 proposiciones señaladas en el decreto Lamentabili que según la
Iglesia trastornaban la doctrina católica, aun presentándose como fundadas sobre
la misma, aparece uno de los puntos más debatidos a lo largo de la evolución del
modernismo religioso, es decir, la distinción entre el Cristo de la historia y el
Cristo de la fe. La cuestión está estrictamente relacionada con la lectura simbólica
304 «Carta a Nin Frías», 13 de noviembre de 1906, en 13 cartas inéditas, cit., pp. 70-71.
305 Ibidem, pp. 72-73.
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