miguel de unamuno frente al modernismo religioso - Gredos ...

de la ambigüedad de una ciencia que ya no era ciencia y de una religión que ya no
era religión. Si por un lado el modernismo representaba una superación del
positivismo, por el otro no había logrado resolver la problemática de las verdades
de fe y de la objetividad de lo que era demostrable a través de las leyes del
mecanicismo universal. Su retirada hacia el orden tradicional demuestra la
existencia de un límite en el planteamiento religioso modernista que jamás logrará
superar y que permanecerá para siempre como «Una ferita non chiusa». Como ya
tuve ocasión de señalar, en 1911, con su escrito «Di certe pagine mistiche»
publicado en La Voce, manifiesta su alejamiento del modernismo religioso al
recordar
“quando si voleva fare col «Rinnovamento» la Chiesa. Questa era dunque la filosofia che stava
sotto la nostra ribellione: questa era!... Filosofia da letterati, filosofia da artisti, filosofia molto
dolce e molto buona, filosofia di uomini dolci, buoni e sentimentali. Noi avevamo dunque in capo
le leggende, avevamo dunque in capo la sonorità, la maestosità, la lucentezza dorata e damascata
del rito, avevamo nell'anima la poesia della leggenda e del rito e volevamo con essa impugnare la
trascendenza d'Iddio e lautorità papale” 50 .
Por lo cual, el epistolario Boine-Unamuno se da precisamente en la etapa
modernista del italiano, lo que permite analizar, como veremos al final del
presente capítulo, el desacuerdo religioso entre los dos desde un enfoque temático
modernista. La religiosidad de Boine durante la experiencia de colaboración con
la revista milanesa coincide, en efecto, con la inquietud espiritual y con el anhelo
de renovación eclesiástica que caracterizaba al grupo alrededor del mayor órgano
de prensa modernista italiano. Precisamente desde este enfoque, afirma Felicita
Audisio, Boine pudo contestar a las cartas de Unamuno con fidelidad a sus
propias creencias 51 .
En su primera carta, Boine pregunta al Rector de Salamanca cómo puede leer
su comentario quijotesco, y éste le contesta enviándole una copia del texto. En su
segunda carta le adelanta una reseña crítica de la obra en cuestión, que será
publicada en el número de febrero de 1907 de Il Rinnovamento. Con actitud
bastante insólita en Italia por lo temprano de los tiempos, el joven ligur demuestra
conocer también otros ensayos de Unamuno – como «Soledad», «Sobre la
50 G. Boine, «Di certe pagine mistiche», cit., p. 84.
51 Cfr. F. Audisio, «Boine e la Spagna», en Traduzioni inedite da R. Llull e dal «Lazarillo», cit., p.
9.
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