TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

tierras que le dejé a mi tía para que las cuidase. Fui de nuevo a Goiânia
para recoger mi certificado de antecedentes penales, que me pedían para
poder entrar en España, y compré ropa. También me puse extensiones en el
cabello. Lo hice porque me dijeron que a los españoles no les gustan las
mujeres con el cabello corto. Cosas de Isabella… Guardé todas mis joyas
en una caja de seguridad en el banco, porque no me fiaba de mi madre, que
por su casa pasa mucha gente… Me quedaban unos treinta días, porque
tenía previsto viajar en agosto de 2004. Pero, un amigo me encontró un
pasaje muy barato, por mil setecientos euros, y tenía que salir en tres días.
No podía esperar al mes de agosto. Y así fue como me vine en julio. Era
muy poco tiempo. El dinero del viaje me lo prestó mi abuelo. A mi familia
ya les había contado mis planes para viajar a España. Mi madre quería
vender su coche, un Opel Vectra, que había conseguido comprar con el
dinero que consiguió trabajando en España. Mi madre me ofrecía el dinero
y no me cobraba intereses. Pero, a mí me parecía muy injusto, y preferí que
fuese mi abuelo quien me lo prestase. Pactamos un 6 % de interés. Mi
padrino también me dejaba dinero, pero me cobraba un interés del 18 %.
Mi madre estuvo en España tres veces: en 1993, en 1997 y en 2004. La
última vez vino también con mi hermana. Pero, mi hermana no se adaptó
con los españoles y a las dos semanas regresó a Brasil. Mi madre, en
cambio, se quedó durante siete meses. Fue ella quien me explicó que yo
había agotado otras posibilidades, y que entonces la opción de venir a
España sería la mejor para mí. Me dijo que tuviese mucho cuidado con las
enfermedades, que había mucho sida, y que tomase cuidado con
envolverme con las drogas. En España es más fácil mezclarse con las
drogas. Trabajando en un club aquí te ofrecen droga a todas horas. Eso no
pasa en Brasil, allí tienes que tener mucho dinero y sólo los delincuentes
pueden comprar droga. Mi madre también me dijo que en este trabajo no
hay amigas, que una tiene una amiga mientras ella gana más dinero, pero
que si tú eres la que empieza a ganar más dinero ya deja de ser tu amiga.
Además del pasaje, Isabella me prestó mil dólares para pasar en la frontera.
También me traje mil reales, porque si te devuelven en Madrid y te
deportan, ellos te dejan en cualquier sitio, donde coincida el vuelo, puede
ser Sâo Paulo o cualquier otra ciudad, y entonces necesitas dinero para
coger otro vuelo en Brasil o para coger un autobús. Como ellos no tienen la
obligación de llevarte hasta tu ciudad de origen, te dejan donde tienen
vuelo.
El 14 de julio de 2004 viajé a España. Fui de Goiânia a Sâo Paulo y de Sâo
Paulo a Madrid. La noche anterior al viaje no dormí nada. Pasé la noche
abrazada a mi hija. Durante el viaje en el avión tampoco conseguí dormir.
320