TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

empezamos a pelearnos. Luego, salió mi madre, y entre ella y Cleyton
intentaron separarnos. Yo salí corriendo para mi apartamento. Pero, antes
les dije que eso no iba a quedar así, que la descarada era ella, que yo no
había ido detrás de nadie. Ella le dijo a mi madre que tenía una moto, y que
con esa moto me iba a matar.
Al día siguiente temprano, Cleyton vino al apartamento y me prometió que
nunca me iba a dejar, y que si aquella mujer venía a matarme nos tendría
que matar a los dos juntos. A los pocos días, ella lo echó de casa junto con
sus cuatro hijos. Llegaron todos al apartamento. Como lo amaba, acepté
todo. Crié a los cuatro como si fuesen mis propios hijos, y comenzamos a
vivir una nueva vida.
Mi vida con Cleyton
Al cabo de una semana, empecé a trabajar en la carnicería. Compramos
nuestras cosas. Yo me sentía muy feliz, pensaba que estaba construyendo
una familia grande y maravillosa. Durante mi dieciséis cumpleaños me
hicieron una fiesta. Vino toda mi familia y la de Cleyton. Le dije a mi
madre: - Ahora, por fin, me siento feliz.
En esa etapa de mi vida trabajé de tratante de ganado. Compraba, vendía y
mataba vacas. Las llevaba al matadero y también las sangraba y les quitaba
todo. Los sábados salíamos de fiesta. Estábamos viviendo como una
familia completamente feliz. Los hijos de Cleyton me llamaban “mamá”.
Hasta hoy. Cuidé de su hija Leyla cuando estuvo enferma. Los llevaba a
todos al colegio y también los traía. Era un compromiso como de madre e
hijos.
A los dos años de nuestra relación, cuando yo tenía diecisiete, ya
comenzamos a discutir. Le dije: - ¿vas a hacer como hiciste con tu otra
mujer? Porque él salía de fiesta con los amigos y yo no lo aceptaba. Él se
justificaba diciéndome que yo ya lo había conocido así. Yo sentía que
después de haber salido de una, no quería entrar en otra. Él me decía que
hiciese lo que me diese la gana. Seguí trabajando en la carnicería de todas
formas y durante todos los días de la semana, de lunes a lunes. Y él no
hacía otra cosa que salir de fiesta con sus amigos. Yo le decía que sus
amigos lo iban a conducir a la ruina. Sabía muy bien lo que pasaba cuando
salían juntos, que iban para los puteros. Y nos peleábamos por eso. En los
puteros, Cleyton se gastaba todo el dinero que llevaba encima y después
llegaba a casa borracho. Le dije que un día se iba a terminar el dinero, y el
amor también.
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