TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Tenía diecisiete años. E intenté reanudar mi vida. Seguí estudiando.
Trabajaba, ayudaba a mi madre, etc. Durante mi media hora de recreo
siempre estaba ayudando a mi madre. Llegaba a casa sobre las once, once y
media de la noche. Los fines de semana, aunque mis amigas salían, yo me
quedaba en casa con mi madre. A veces sentía un poco de rabia.
Tengo una amiga del colegio, que se llama Fernanda, y que era de una
familia muy pobre, sin condiciones. Un día ella me comentó que su patrón
intentó acostarse con ella, y que no aceptó. Trabajaba en una casa de
familia. Así que yo se lo comenté a mi madre y después de eso Fernanda
vino a vivir con nosotras.
Fernanda estuvo viviendo durante más de un año en nuestra casa. Después,
se enamoró de un chico y se marchó con él. Se casaron y les va de puta
madre, mucho mejor que a mí. De vez en cuando charlamos por teléfono.
Ella es como de la familia. Ahora está embarazada y vive con su marido en
Brasilia. Fernanda fue mi mejor amiga durante mi adolescencia.
Cuando yo tenía dieciocho años, salía mucho con Daniela, que era otra
amiga mía de aquella época. Fuimos tan amigas que como nos veían
siempre juntas en el barrio ya comenzaron a comentar que éramos
lesbianas. Hasta mi madre pensaba que estábamos enrolladas, y llegó a
prohibirme que saliera con ella. Daniela había tenido una decepción con un
novio y fue después de eso que empezó a descubrir un mundo diferente, a
gustarle las mujeres. Y era muy celosa.
Un poco de buxinha
En aquella época fue cuando tuve mi primera relación homosexual. Fue
con una amiga de Daniela, y lo que sentía era sobre todo curiosidad. Me
gustó, pero cuando aquella chica comenzó a venir a buscarme y pretender
algo serio, me cansé y lo dejé. Ella parecía un hombre, tanto por la
apariencia como por su forma de vestir.
Con diecinueve años terminé la octava serie. Después, me mudé de barrio
para seguir mi formación. Me llevaba bien con todo el mundo. Cuando
volvía del instituto me encontraba por la calle con las garotas de programa
que se colocaban al lado de una estación de servicio.
Una noche que regresaba sola, recuerdo que estaba lloviendo mucho, un tío
se me acercó y me dijo que me llevaba, que tenía allí el coche. Yo subí con
él, pero aquel hombre no me llevó a casa, sino que me llevó a un lugar
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