TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

manta, bebida, condones, todo. Me contó que estaba recién separado de su
mujer. Después de ese día me llamó para decirme que fuese a su casa en
Sevilla, que me pagaba lo que ganase en el club. Yo se lo agradecí, pero no
acepté. Yo quiero ser una persona independiente. Le dije que hiciese esa
propuesta a otras chicas, que seguro que encontraría alguna que aceptaría.
A Juan le expliqué que en Brasil no conseguí arreglar nada y que entonces
encontré una amiga que me hizo una oferta para trabajar en hoteles y que
me fui para Marruecos. Le dije que a veces estaba en Marruecos y otras en
Canarias, que la empresa tiene muchos hoteles. Como Juan es bobo, se lo
creyó todo. A mí a veces me da pena. Él no sabe nada sobre mi trabajo en
el club, Dios, no puede saberlo… Ahora le he dicho que tengo que regresar,
que sólo me han dejado quince días de vacaciones. También le he dicho
que no me pagan las vacaciones, porque el trabajo es sin contrato y que me
pagan por horas. Claro, que me pagan por horas… En eso sí que le conté la
verdad.
Juan no aceptaría jamás que yo volviese a trabajar en la prostitución. Yo
claro que podría decirle la verdad, porque soy una persona independiente y
puedo hacer lo que quiera. Pero, me da pena y también un poco de miedo
por él, porque está loco. Se pone loco de celos y a veces dice que se va a
matar. Sólo si me miran en una cafetería ya se pone celoso. Yo le he
contado una larga historia para que se lo crea todo. Le he dicho que mi
amiga tiene una empresa muy grande y que tiene muchos hoteles. Juan es
tonto, ni siquiera mira en mi móvil.
En el club de Collarejo ya me están esperando. La dueña vendrá a
recogerme al aeropuerto. Me gusta trabajar allí también porque soy la única
brasilera. Pretendo quedarme unos meses más. Y si el trabajo no va bien,
me voy para Tenerife. Conozco varias chicas que trabajan allá y me han
pasado los números de los clubes.
De todos los clientes, allí los marroquíes son los más celosos. Van contigo
en el club y luego ya piensan que son tus novios. Pero, en la cama son
rápidos, tardan sólo ocho o diez minutos y después son muy cariñosos, te lo
agradecen y te besan de pies a cabeza. Y cuando me ven en la calle,
normalmente, me saludan y me tratan como a una chica normal. Me hablan,
me invitan a un café. No como aquí en Galicia, que te tratan como si fueses
un bicho raro.
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