TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

pisos no se cobra menos de cincuenta euros. Nosotras hacemos el servicio
de treinta euros cuando el piso es nuevo, que está empezando y que hay que
trabajar el piso. Bueno, pero yo conozco algún piso que cobran hasta veinte
euros por un pase, y debe ser porque el piso está comenzando, ya sabes,
publicidad y marketing.
A pesar de los precios, si una quiere hacer rebaja pues ya es una la que
decide. Normalmente, el treinta por ciento es para la casa y el setenta por
ciento para la chica. Cuando estaba en Santiago de encargada en el piso de
Marta, yo era la que cobraba y anotaba los pases en una libreta. En el caso
de que la encargada esté ocupada, ya otra chica coge el dinero, lo mete en
un cajón y lo anota en la libreta. Si estás de encargada y viene un cliente
nuevo, tienes que procurar controlar el cliente, para saber cuánto paga y el
tiempo. Y si ya una chica se pasa cinco o diez minutos otra le toca en la
puerta. Yo cuando aviso, por ejemplo, digo: - mira, hazme el favor. Sobre
todo si es un cliente que sé que es muy cabrón.
En cuanto a las condiciones, varían, claro, pero normalmente son: 1º) que
las chicas que trabajan en un piso estén las veinticuatro horas, aunque
pueden salir una y también librar un día; 2º) está prohibido darles el
número de móvil a los clientes; 3º) no se aceptan visitas; 4º) las
habitaciones cuando una termina de trabajar debe dejar todo recogido, la
cama arreglada y la luz apagada, que no tenga que andar nadie detrás de las
chicas para limpiar y recoger; 5º) está prohibido salir a tomarse cafés o
cualquier cosa con los clientes, darle confianza al cliente no es bueno; 6º) la
comida se compra entre todas, y cada día le toca a una hacer la comida; 7º)
el aseo también lo debe hacer cada día una, aunque en algunos pisos el aseo
también se hace cada día de por medio, por ejemplo, los lunes, miércoles y
viernes; 8º) cualquier problema o duda debe consultarse con la encargada o
la dueña del piso, no debe discutirse nunca en el piso; y 9º) las chicas que
no viven en el piso deben ponerse ellas mismas un horario, pero tienen que
cumplirlo.
Lo cierto también es que las condiciones y reglas no siempre se cumplen.
Yo misma, por ejemplo, cuando estaba de encargada en el piso de Marta,
como era “la niña”, pues no cocinaba. Y discusiones entre las chicas
siempre hay. Yo no soportaba a una brasileña, que era una envidiosa y una
cansona.
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