TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Una vez cuando estaba trabajando en León, llegó un cliente y me pagó una
salida para un hotel. Me dijo que allí tenía un amigo. Pero, luego comprobé
que no era su amigo, sino que era su novio. Me pagaron trescientos euros
por una hora y media. Cuando llegué al hotel y vi a aquel chico de
dieciocho años, con el cabello rubio que parecía un ángel, me quedé boba.
Entonces, el jovencito comenzó a comerme el coño. Empezó a ponerme
cachonda. También tenía una buena polla… Yo no sabía que eran novios.
Después, me puse a cuatro patas y el jovencito me follaba. Cuando salió el
otro de la ducha se colocó atrás y empezó a follarse al jovencito por el culo.
Me quedé flipada. El mayor tenía la polla pequeñita, como los chinos. Me
pusieron muy cachonda, allí los tres enganchados como si fuésemos un
tren…
También conocí a una chica lesbiana en León, que iba a los clubes, al
“Latino” y al “Tigre de Marfil”. Los encargados sabían que era una mujer,
aunque ella venía vestida como un chico y con el cabello corto. Siempre
venía con algún amigo para que no le pusiesen problemas para entrar. Yo
no subí nunca con ella, pero algunas amigas sí.
En Lugo conocí a muchas españolas lésbicas. Algunas trabajaron en el
piso. Pero, también las veo en la calle o en los pubs. Cada vez a las mujeres
les gusta más su propio sexo.
A finales de año dejé de trabajar. Estaba cansada. Mi novio ya no lo
aceptaba. Por eso decidí dejarlo. Ahora estoy viviendo como una señora o
más bien como una ama de casa…, aunque no sé por cuánto tiempo.
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