TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

dinero que me gano, más de diez mil pesetas la hora. Pero, no, yo eso no lo
vuelvo a hacer.
También recuerdo un tonto que me llamó para hacer una salida a
Milladoiro. Para mí que era gay. Vivía con un amigo. Y me tocó venirme
antes de la hora porque iba a venir el amigo. Me hizo desnudar. Luego se
desnudó él. Me arrodilló enfrente de él. Luego, él se paró y me puso a que
se la chupara. Me agarró del pelo y me empujaba así…, como si quisiera
metérmela hasta la garganta. Para mí fue muy humillante. Así me tuvo
como media hora. Me saltaban hasta las lágrimas. Yo luego me levanté y le
dije que me iba. Le había dicho que no se me corriera en la boca. Me sentía
muy mal. Y es que hay gente que lo hace a uno sentir tan mal, como hay
también gente que lo hace a uno sentir tan bien. Entonces, él me cogió y me
dijo que se la chupase otra vez, que me había pagado una hora. Me tuvo así
como otros diez minutos. Pero, de repente, lo llamó el amigo que venía
para allá. Y así fue cómo me tocó venirme, gracias a Dios. Me pagó
noventa euros por la hora. El arrodillarme frente a él, el agarrarme así del
pelo fue muy humillante. Eso fue como a las dos de la mañana. A las ocho
fue y me llamó otra vez. Yo ya le dije que yo no iba, que no le hacía el
servicio, que ya le había dicho que era muy pesadito, y que no volvía. Ah, y
otra cosa que no me gustó fue que también quería que le metiese la lengua
en el culo. Y se puso en cuatro para que yo se lo hiciera. Pero no, no, no le
hice nada.
A pesar de esto, la mayoría de los servicios son normales. Lo tratan a uno
bien, son educados y respetuosos. Es muy diferente trabajar en Lugo que en
Santiago. El hombre de Santiago es más vicioso, pero también es más
respetuoso. Le gusta mucho, por ejemplo, que le metan consoladores por el
culo, que si parejas, que si fantasías y esas maricadas. O sea, tontadas, como
que la chica los reciba con ligueros o que los vistan a ellos de mujer. Y eso
en Lugo es más raro. O por ejemplo, si hay un travesti prefieren entrar
mejor con el travesti que con la chica. En cambio, el hombre de Lugo, de
pronto le podrán gustar todas esas cosas, pero son como más agazapados,
más cortados.
En Lugo lo que sí son es especialistas. Una está entrando en la habitación y
ya te están metiendo el dedo por el culo. A una le toca estar así, con la
mano en el trasero, a la defensiva. Y en Lugo tú le dices a un cliente: -
cariño, no me hagas esto, que no me gusta. Y entonces quitan la mano, pero
a los dos segundos ya están otra vez ahí. En cambio, al cliente de Santiago
le dice una: - mira, cariño, no me hagas eso. Y ya te dicen: uy, perdona. Sí,
es muy diferente el cliente de Lugo y el de Santiago. Además, en Santiago
son mucho más delicados para tratarla a una. En Lugo no. En Lugo se
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