TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

El amor
Eran las nueve de la noche. Y allí estaba él, tan guapo…, con su corbata.
Yo también iba guapa, pues regresaba de una celebración, claro. En ese
momento, pensé: Dios, si tuviese la suerte de tener un novio así…Yo lo
estaba mirando. Él también me miró. Estaba con dos amigos. Yo sonreía,
estaba como sin control. Miré la hora y cogí mi chaqueta. Y justo en ese
momento se acercó y me preguntó que cómo me llamaba. Me dijo en
alemán que yo era muy bonita. Yo no sabía que era italiano, por eso al
principio hablamos en alemán. Intercambiamos nuestros números de
teléfono. Salí muy contenta.
Aquel chico se llamaba Pietro. Al día siguiente por la mañana me colocó
un mensaje en el móvil. Me dijo que había soñado con una mujer morena,
como yo, y que tal vez yo era la mujer de sus sueños. También me
preguntaba si quería salir con él. Yo entendía el mensaje sólo a pedacitos.
Fue mi hermana quien me lo tradujo. Pietro siguió enviándome mensajes.
Hasta que quedamos en encontrarnos una tarde en el McDonalds. Ese día
me contó que era italiano. Me preguntó que de dónde era. Nos besamos.
Aquella boca preciosa…
Al día siguiente por la noche, a las seis y media, volvimos a salir. Me sentía
muy bien con él. Pero, yo quería contarle la verdad. Le conté que tenía dos
hijos. De mi marido en Brasil no le dije nada. Y de mi amigo tampoco. No
tuve valor. Él se llevó las manos a la cabeza. Me dijo que para él no era un
problema el hecho de que yo tuviese dos hijos, pero que seguramente sus
padres no lo iban a aceptar. Me dijo que no se lo iba a contar a sus padres
porque él quería salir conmigo. Y comenzamos a salir casi todos los días.
Me fui distanciando del hombre del restaurante. También, descubrí que
estaba casado. No veía futuro con él, y como me estaba enamorando de
Pietro, decidí dejarlo. Con Pietro me sentí feliz desde el primer momento.
Con el otro me sentía un poco usada, porque notaba que sólo le gustaba
estar conmigo para tener relaciones sexuales. Eso era lo que más le gustaba
de mí, y no me daba demasiadas muestras de cariño.
Cuando salíamos, Pietro y yo caminábamos juntos cogidos de la mano. Me
decía que yo era una mujer con muy buena figura. El primer día que
salimos a la discoteca me hizo muy feliz. Me gustaba porque estaba todo el
tiempo pendiente de mí. Era tal vez un poco celoso de más, pero me
gustaba. Me decía que se sentía orgulloso de su novia. Me sentía tan bien…
Percibía su amor. Era tan atento, y observaba cada detalle. Al cabo de un
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