TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

llamé a mi mamá. Le dije: - ¿Qué pecado he cometido para que usted no
me pueda perdonar? Y también le dije que no me iba a dejar pisotear y que
no me sentía que hubiese cometido ningún pecado. Entonces, ella me dijo
que no, que ella no quería enfrentarme con mi hermana, que lo que quería
era que trajese a mi hijo de la zona de distensión. Yo le dije que, por favor,
que me ayudase a arreglar los papeles, que yo quería quedarme acá. Y me
colgó.
Hasta que me salieron los papeles siempre vivía con miedo. Con miedo a
salir a la calle y con miedo de que viniera la policía al piso y me llevaran
para devolverme a mi país. Era una angustia a todas horas. Yo no le hice
jamás daño a mi hermana. Hasta hablé con su marido de Colombia, para
que intentase hablar con ella. A mí aquello me causaba mucho sufrimiento.
Éramos, a la final dos hermanas en un país extraño, dos inmigrantes con
todos sus problemas. Y andábamos así, puro enfrentadas. Todo empezó con
celos, mentiras y malos entendidos.
Marcial antes pasaba con mi hermana. Pero, luego empezó a buscarme.
Cuando yo estaba trabajando en su piso, Rome siempre le decía que yo no
estaba. A mi hermana no sé quién le dijo que Marcial tenía mucho dinero.
La noche del 31 de diciembre de 2001 la pasamos juntos. Yo estaba sola
con Claudia, y vino él a tomarse un café con nosotras. Luego, me siguió
invitando a salir, a tomar un vino, a cenar. Yo se lo dije a Luis Sancho, que
del mismo modo que él me había dicho que también salía con la Costeña,
que él no podía ser fiel, yo le dije que había estado con Marcial. Porque
entre Sancho y yo hubo algo. Mi hermana se moría de los celos. Pensaba
que yo le quitaba a Paco, a Sancho y también a Marcial. Pero, los hombres
son así…, hoy están contigo, mañana con otra. Y empezó así todo el rollo.
Más tarde mi hermana viajó a Colombia. Y regresó muy cambiada. Me han
dicho que se hizo allá la lipo-escultura, que si se iba a poner más pechugas
y también más cola, y quitar los cueros que le sobran. Mi hermana Gladis
también se operó. Las operaciones allá en Colombia son mucho más
baratas que aquí. Además, los doctores allá, los cirujanos plásticos, tienen
muy buena fama. Con unos mil euros allá te haces una liposucción, aunque
depende también de la clínica. A mí me dolía mucho que mi hermana
anduviera diciendo por ahí que mi hijo era un ladrón y Diana una puta.
Tuve que trabajar incluso después de haberme hecho la cirugía. Tenía que
pagar la deuda. Y cuando estuve en el hospital, la única persona que me
acompañó y se preocupó por mí fue Marcial. Mi hermana les prohibió a las
chicas que fueran a visitarme. Lorena sólo vino un momento, porque ella
estaba ya rara ya que pensaba que yo andaba con Toño. Allí, en el hospital
me sentí tan sola y tan desilusionada… En la habitación todos los pacientes
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