TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

con él. Ella no quería dejarme, pero al final me dejó porque yo le estuve
trabajando mucho toda la semana. Mi madre desconfiaba, no quería que me
alborotase.
Fue así como Marvin y yo empezamos a salir. Él ya me hacía regalos, me
invitaba a cenar, etc. Duramos como siete meses de noviazgo. Yo le conté
que vivía sola y él me dijo que me iba a ayudar con el arriendo. Me pidió
que me fuese con él a un hotel. Pero, yo estaba traumatizada, aunque él me
ayudaba, me daba ánimos… Fuimos al centro y me compró una alcoba,
muchas cosas nuevas, televisión, almohadas, armario. Me dijo que me
llevaría de luna de miel.
Él era casado, así que nos fuimos a Pereira y a Manizales. Estuvimos como
unos ocho días juntos por allá. Yo me enamoré mucho de él, porque me dio
mucho cariño. Marvin me daba todo lo que necesitaba, no me dejaba
trabajar. Así que dejé de trabajar con mi mamá. Me alquiló una casa
grande, pero yo como me sentía muy sola me llevaba allí a mis hermanas y
a mis sobrinitos para que me acompañaran. Duramos dos años así.
A los dieciocho años tuve a Claudio, mi primer hijo. Yo quería tener un
niño porque me sentía muy sola. Estaba un poquito obsesionada, pensaba
que no podía tener hijos. Marvin me llevaba mucho a Buenaventura, para
que pudiese ver los barcos y relajarme.
Me alegré mucho cuando me quedé embarazada. Yo quería que el niño
saliese lindo y gordo. Me puse muy contenta cuando me dijeron que era un
varón. En aquella época yo era muy feliz. Nos iba muy bien. Cambiábamos
de casa, parecíamos gitanos. Yo me aburría y él me daba mucho gusto a mí.
Como él ganaba buen dinero…
Luego tuve a mi segundo hijo a los veinticuatro años. Yo quería una niña,
pero resulta que salió también un varón. Permanecía en casa con los niños.
Una vez, cuando estaba de siete meses de Fernando, me caí en el baño y
rompí aguas. Así que Fernando me salió sietemesino. Como pude, salí y me
llevaron en un taxi al hospital. Estuve un día entero allí sufriendo. Fue
horrible. Fernando era muy chiquitico, su cabeza era más pequeña que la
palma de mi mano. Era tan pequeñito que lo bañaba en una ensaladera.
Pero, al final se crió y salió más lindo.
Luego tuve a Marvin. No lo esperaba. Ya nos fuimos a vivir a otra casa. En
esa casa ya se nos empezó a dañar el hogar. Mi marido comenzó a cambiar.
Cambió muchísimo, se volvió como muy despreocupado.
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