TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

puede morir en el garimpo de cualquier forma imaginable. Allí también hay
muchas mujeres trabajando. Algunas también van a prostituirse. No fue mi
caso, pero tenía alguna amiga que sí que estaba allí para prostituirse. Es
horrible. Lo peor. El noventa por ciento de los garimpeiros no tienen madre.
Lo peor de la especie humana se junta en ese sitio. El tiempo que pasé allí
fue la etapa de mi vida donde más maduré. Fue muy duro y me marcó
muchísimo. Pasé cosas buenas y también algunas muy malas. Allí no hay
elección, o lo haces tú o bien otro lo hace en tu lugar.
Aguanté todos esos años en el garimpo porque allí ganaba mucho dinero.
Entonces ya ganaba lo equivalente a tres mil o cuatro mil euros. Eso es
mucho dinero. Lo que ocurre es que ese dinero, pasa un poco como en la
prostitución, si la persona no tiene la cabeza bien organizada, todo el dinero
que se gana también desaparece muy rápido. Pero, el garimpo es un lugar
muy peligroso. Yo tenía que ir siempre con una espingarda en la moto y
llevaba también dos revólveres del 38, uno delante y otro atrás. Y muchas
veces tenía que andar con protección, porque al estar protegida por el
dueño había gente que me tenía mucha rabia. Y en el garimpo si no vas
armado no te libras de manera alguna, porque son frecuentes los asaltos.
Dios mío, allí presencié tantas cosas… tantas salvajadas…, que nadie
puede siquiera ni imaginar. No era raro que por la mañana apareciese gente
muerta en la rede por los tiros de bala perdidos debido a los tiroteos. Eso
hizo que después, para dormir tuviésemos que hacer un agujero y
enterrarnos, colocando luego la rede en el agujero. Así teníamos protección
y podíamos dormir con mayor tranquilidad. Tantas cosas que pasaban allí
en el garimpo… Una vez un amigo mío falleció a mi lado por intentar
protegerme. No es una vida fácil. Los peores fugitivos del país estaban
todos allí en el garimpo.
Cualquier tipo de droga que puedas imaginar también la encuentras en el
garimpo: marihuana, cocaína, crack… Mi amiga se envolvió allí con un
mafioso y aquel hombre acabó matándola un día por celos. Mucha gente
muere por tiros o cortada por facâo. Es imposible que todo eso no te deje
marcada. Mi amigo murió en mis brazos y aquel tipo quiso matarme sólo
porque yo lo sostenía en sus últimos momentos de vida. Me encañonó con
el revólver en la cabeza y me dijo que lo soltase, que si no que iba a
matarme. Yo le dije que si quería matarme que lo hiciese. Pero no lo hizo.
Lo que sí hizo fue darme una patada en las costillas que me dejó toda
amoratada durante más de quince días.
El garimpo estaba a una distancia de setenta kilómetros. Empleaba una
media hora en recorrer el camino. Entraba a estudiar en el colegio en
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