TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

porque claro, Luis no puede entender que los clientes vengan a verte a tu
casa, y le dijo a Karen que para eso ya está el piso de trabajo.
A veces, cuando vamos a comprar a la tienda que hay cerca del piso, el
señor de la tienda nos hace insinuaciones. Un día le pedí que me pasara
unos limones, y él me contestó que mejor me pasaba los míos. A Marta
también le dijo una vez cuando fue a comprar para la comida, que si le
hacía una oferta. Marta le contestó que para las ofertas había que ir al piso.
Y le cogió la mano.
A Federico también se le despertó el amor horrible. Tiene una llamadera,
que no veas. Cuando comencé a vivir con Marcial, él siguió llamándome.
Pero, yo fui un día a su oficina para aclararle las cosas. Le dije que yo
estaba viviendo con una persona, con la que estaba tratando de hacer una
vida de pareja. También le dije que esa misma persona me llevaba por la
calle y me presentaba a sus amigos, y que tuvo el valor necesario para eso,
mientras que él no había tenido nunca la suficiente valentía para mostrarme
ante la gente. A mí Marcial me lleva al cine o a un bar, y no le importa lo
que digan. Mira, esa es Tania, la que trabaja en esto… A él no le importa.
Federico me preguntó entonces que qué quería yo que hiciese. Yo le
contesté que se viniese al piso para hacer un pase conmigo.
Yo no creo que Federico sea ciego. Ciego del todo no. Una tarde me dijo
que yo estaba muy bonita con la malla puesta. Me dijo que le parecía bien
que yo me fuese con Marcial, que él se había conseguido una novia rusa.
Bueno, la verdad, es que yo le ayudé bastante a seleccionarla del album que
tenía. Él me pidió consejo, y tenía encima de la mesa un montón de hojas
con fotos de mujeres de todas las partes del mundo: de Cuba, de Chile, de
Colombia, de Argentina, de Paraguay, de Rusia, etc. Algunas tenían fotos
con poses demasiado provocativas y vulgares, y a mí esas no me gustaban.
La de la rusa me gustó. Parecía más formal, como una señora. Y entonces,
yo le dije: - ésta. Luego, Federico contactó con ella y le envió mil euros
para el pasaje. Antes de que llegase la rusa, para vivir con él, Federico me
llevó varias tardes a su casa. Allí tenía muchas fichas con mujeres, todas
con fotos semi-desnudas. Algunas fotos parecen como de película porno. Él
incluso gravaba todas las conversaciones. A mí eso no me gustaba.
También me enseñó unos consoladores tremendos. Porque él es muy
vicioso y le gustan mucho las fantasías. Y me llevó también a su estudio, y
allí tenía las películas porno. Es por eso que yo creo que, de alguna manera,
tiene que ver un poquito.
Federico es un hombre muy simpático. Hubo una época en la que también
venía al piso. Estaba con él una hora y me daba noventa euros. Él es todo
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