TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Todo salió bien. Después, me fui a vivir a otra casa en la misma ciudad.
Era una casa grande, propiedad de Sandro. Yo entonces estaba pagando el
alquiler, y se me hacía todo muy difícil. Por ese motivo, le pedí a él que me
dejase vivir en aquella casa, que era muy grande.
Viví en esa casa con mi hija durante un tiempo. Después, quise marcharme
también de allí, porque la mujer que tenía él complicaba mucho las cosas.
A ella no le gustaba que yo estuviese viviendo allí, presionaba a Sandro y
tampoco le dejaba que me pasase ningún tipo de pensión. Preferí
marcharme a esperar a que se complicasen más todavía las cosas.
Luego, Lilian estuvo ingresada en el hospital durante once días. Tenía un
problema de salud, bronquitis que luego se complicó con neumonía. Le
pedí ayuda a Sandro para que me diese dinero para las medicinas que
necesitaba mi hija. Y no quiso ayudarme. Al final, me ayudó un amigo
suyo, que es el padrino de Lilian. Una persona muy buena. Siempre que lo
necesitaba, él me ayudaba.
Después, vendí unas cosas que tenía, sobre todo muebles. Lo hice para
comprar comida. No pedí ayuda a mi familia porque ellos no tenían
condiciones. Era yo quien debía ayudarles. Además, yo soy una persona
muy orgullosa. Tengo que estar prácticamente al límite para pedir ayuda.
No soy de las que ante cualquier problema de esta vida acuden ya buscando
ayuda. Me gusta ser la responsable de mi vida y luchar y conseguir las
cosas por mí misma.
Pero, se me terminó todo el dinero. Y ahí sí que volví a casa de mi madre.
Fue a causa de mi hija. Yo entonces estaba desempleada. Y Sandro no me
daba nada. Yo le dije un día que él no servía para ser padre, que no le daba
cariño ni condiciones a Lilian. Apenas fue a verla algunas veces. Cuando
venía y yo le decía que la niña necesitaba cosas, como leche y alimentos, él
siempre me contestaba que no podía ayudarme. En cambio, a los otros dos
hijos que tenía con la otra mujer sí que les compraba de todo. Sandro se
portó muy mal conmigo, sobre todo cuando yo estuve embarazada. Cogí
una depresión tan grande que después no conseguía dar leche a mi pequeña.
Lo peor, la salvajada más grande que hice fue permitir que Sandro
reconociese y registrase a la niña. Si no la cuidaba ni la quería porqué lo
hizo. Fueron tiempos muy duros. Recuerdo que entonces yo sólo comía
sopa para luego poder comprar la leche para mi hija.
Cuando regresé a casa de mi madre, fue todo un poco mejor. Mi padre le
compraba la leche a la niña. Mi hermana le compró ropa. Mi pequeña no
tenía nada. En mi casa éramos pobres, pero nunca faltó comida.
371