TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

apartado, cerca de un pequeño aeropuerto. Él comenzó a hacer cosas
conmigo. Me agarró y quería estar conmigo porque pensaba que yo era
virgen. Recuerdo que me decía: - Sé que eres virgen, ya verás cómo te va a
gustar… Yo empecé a llorar. Y me violó. Me amenazó con que si decía
algo, me mataba. Él ya había matado a algunas personas.
Esa noche llegué a las doce de la noche. Mi madre me preguntó que cómo
venía tan tarde, que de dónde venía. Yo la convencí, y la tranquilicé
diciéndole que había estado haciendo un examen en el instituto y que luego
me había entretenido con mis compañeros.
Me quedé embarazada. Como siempre fui gordita, nadie se dio cuenta de
nada. Se lo comenté a una amiga, y al día siguiente me trajo un poco de
buxinha, que es un remedio que se hace con plantas de la selva. Me lo tomé
hervido como si fuese un té. Pero, era tan fuerte que empecé a vomitar
sangre. Mi amiga llamó inmediatamente a un médico y me consiguieron un
abortivo, el citotec. Yo estaba embarazada de casi cuatro meses. Mi amiga
llamó a mi casa para decir que me tenía que quedar durante un par de días.
Fue horrible. Me dolía mucho, era un dolor de caralho. Me pasé una noche
entera retorciéndome de dolor. Pensaron que me moría allí.
Después mi amiga comenzó a hacer comentarios en el barrio, y luego la
gente venía y me preguntaba. Yo lo negaba todo. Tenía miedo de aquel
hombre.
A los quince días un compañero de trabajo me dijo: - Joise, estás perdiendo
el tiempo aquí, tienes que marcharte para Europa. Mi prima también se
entusiasmaba con la idea de viajar. Le pregunté a aquel chico que cómo
teníamos que hacer. Al principio, pensaba que estaba bromeando con
nosotras. Él entonces nos explicó que su mujer estaba en España, que
trabajaba con el dueño de un club que era quien enviaba luego el dinero
para los pasajes. Nos dijo también que en una semana trabajando en España
podríamos pagar todo. Fue una decisión demasiado rápida. Fue así, de una
hora para otra.
El viaje
Después nos dio mil euros a cada una y los pasaportes. Nos explicó que
viajaríamos por París y que en Madrid nos esperaría un hombre. En el
aeropuerto de París ya nos perdimos. Es tan grande que casi me regreso a
Brasil de nuevo equivocándome de avión. Además, estábamos allí sin saber
hablar francés, inglés, español ni porra nenhuma.
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