TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

peores de toda mi vida. Durante ese tiempo mi marido insistía e insistía que
era una tontería, que yo tenía que confiar en él. Y yo confiaba en él.
Fuimos a la clínica Antonio, la madre del niño y yo. Cuando salió el
resultado fue…, él no tuvo nada qué decir, sólo lloraba, y yo también
lloraba de decepción. Me pasé aquellos quince días de expectativa
sufriendo, y él siempre: te juro, te juro…, que allá es una palabra muito
forte. Entonces, cuando salió el resultado ya no pudo contestar más nada.
Fue horrible. No sé. Algo en mí cambió totalmente. Y fue cuando nos
separamos por segunda vez.
Estuvimos alrededor de dos meses separados. Y volvimos a conversar. Él
me venía a buscar todos los días y me juraba su amor. Yo también sentía su
falta. Hablamos e hicimos un pacto, que seguiríamos juntos pero que no
compartiríamos la misma cama. Yo necesitaba saber qué era lo que
realmente sentía, si era rabia o qué. Y así estuvimos unos cinco meses
durmiendo en camas separadas, pero haciendo también vida en común.
Hasta que un día, en que ya pasado todo aquel momento de rabia, decidí
que sería bueno darle una última oportunidad. Pero, ya no era la misma
cosa. Intentábamos tener una relación normal de marido y mujer, pero ya
no era lo mismo. Era entonces el año 1995.
Desde 1995 a 2002 la vida fue un intento de recuperar mi matrimonio.
Pensaba que era importante para mi hijo, para Antonio, para mí. Pensaba
totalmente en la familia. Pero, todo era muy difícil. Al final, él reconoció a
aquel niño, y desde entonces le pasa una pensión mensual, que se la quitan
directamente del sueldo. Yo incluso le animaba a que fuera a visitarlo. En
esos instantes fue cuando me di cuenta de lo importante que es la vida de
familia para las personas. Él ahora no tiene apenas contacto con su hijo y es
una lástima, porque es un niño muy bonito y la familia es muy importante.
Es tan hermoso ver a un padre jugando con su hijo a la pelota, tomando un
sorvete juntos, y así… Para mí la familia es sagrada, es una institución muy
importante. Tal vez porque yo no tuve familia…
Cuanto más intentaba yo salvar mi matrimonio, él me traicionaba de nuevo.
A finales de 2002 Antonio conoció a una garota de veinte años, que
trabajaba en la prostitución. Él la sacó de la prostitución y le puso una casa.
Le daba todo, la trataba como a una reina. Y fue entonces cuando empezó a
faltar dinero en casa. Y yo, sola, desempleada y manteniendo la escuela
para mi hijo.
Yo entonces tenía muchos prejuicios acerca de la prostitución. Pensaba que
todas las prostitutas eran mujeres perezosas y vagabundas, y que era una
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