TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Llegó la hora de nacer mi niño. Me levanté. Estaba en casa de mi suegra.
No sentía nada. Mi suegra estaba peinándose dentro del baño. La llamé en
la puerta y le dije que me iba al hospital. Ella no me hizo caso. Tuve que ir
caminando hasta la casa de una amiga para pedirle que me llevase al
hospital. Mi amiga consiguió un coche y fuimos para el hospital.
Esperamos unas dos horas, porque era un hospital público. Cuando el
médico colocó el aparato para escuchar el corazón del niño no escuchó
nada. Vino entonces otra obstetra y me colocaron otro aparato. Pero nada.
Enseguida me llevaron a la mesa de operaciones y mi niño nació muerto.
Yo misma fui al entierro de mi hijo. Parecía un ángel. Mi niño estaba tan
blanquito, tan gordito, que parecía que estaba vivo. Después de que sucedió
esto, Carlos fue trasladado a otra prisión. Se lo llevaron para un presidio de
máxima seguridad en una ciudad en el interior del Estado de Sâo Paulo.
Ese presidio estaba a unas ocho horas de autobús de Sâo Paulo, en la
ciudad de Presidente Bernárdez. Por el viaje de ida y vuelta a la prisión en
aquella época tenía que pagar diez reales. Era un autobús clandestino, sin
ningún tipo de medidas de seguridad. Ahí, yo hacía ese viaje siempre cada
quince días. Y así durante casi un año, siempre haciendo el mismo
recorrido cada quince días.
Al cabo de dos meses, después de morir el niño, me volví a quedar
embarazada. Entonces, compré citotec, un remedio para la úlcera, con la
intención de abortar. En mi país es muy utilizado. Cuando las jóvenes se
quedan embarazadas compran y utilizan el citotec. Lo normal es tomar
cuatro. Pero, yo me tomé diez. No quería quedarme de nuevo embarazada
de ninguna manera. Me tuvieron que ingresar en el hospital, sufrí un
schock como de epilepsia y me quedé en coma durante diez días. Cuando
llegó mi madre al hospital y me vio toda rodeada de aparatos, no me
reconoció. Apenas puedo recordar nada de aquel episodio. Me hicieron un
montón de exámenes y a mi madre le hicieron muchas preguntas. Ella no
entendía nada de lo que estaba pasando.
Cuando salí del hospital lo primero que hice fue ir a visitar a Carlos en la
prisión. Así durante un tiempo. Luego, Carlos enfermó allí dentro.
Problemas de pulmón. Lo llevaron al hospital y estuve unos veinte días sin
poder ir a visitarlo. Yo pensaba que era tuberculosis, porque en Brasil es
muy frecuente ese tipo de contagio en la prisión.
El día en que fui a visitarlo llegamos todas las mujeres, bajamos del
autobús y corríamos para la fila y a coger el número. Entregué mi
documento de identidad, y me fijé que las personas se quedaban
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