TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

aprendido a distinguir entre buenos y malos abogados y a saber cómo
funcionaba todo aquello. Le pagué 3.000 reales al Dr. Ronaldo para
comenzar la defensa de Carlos.
Carlos tenía un defecto muy grande: era un gran mentiroso. Para la primera
audiencia, que tardó unos tres meses, llegamos y le cayeron diez años de
prisión. Después, siempre en aquella lucha, para ir a visitarlo y llevarle
cosas. Su madre y su hermana no querían saber nada. Yo, de todos modos,
no podía con todo. Tenía a mi hija y con los gastos no me alcanzaba.
Él luego pasó a ser cocinero en la prisión. Y los cocineros siempre tienen
más privilegios. Me quedé embarazada allí dentro, en la prisión. Había más
privilegios para las visitas de los cocineros. Yo iba a visitarlo, pero también
tenía que trabajar. Al quedarme embarazada la situación empeoró. Su
madre me cogió rabia. Ella nunca iba a visitarlo y sólo peleaba con él.
Marquiños era un traficante importante. Él me daba droga y yo la
introducía en la prisión para que Carlos la vendiese dentro. De esa manera
conseguíamos dinero, también para pagar al abogado. En Brasil la policía
es muy corrupta. No había problemas para introducir la droga, cocaína y
marihuana.
Allí en la cárcel hice amistad con una mujer, Andreia. Su marido también
estaba preso y trabajaba en la cocina. Yo durante mis últimos meses de
embarazo dejé de trabajar. Algunas veces me quedaba a dormir en casa de
Andreia. Ella me ayudó mucho. Pero, Carlos quería que yo fuese a vivir a
casa de su madre, porque era más grande. Y fui a vivir allí. Yo le llamaba
la “velha louca”, pero sé que era una persona enferma y con problemas desde
siempre con su hijo. Era una mujer muy fría. Nunca preguntó nada, si yo
estaba bien, si el bebé iba bien… Nada. Era totalmente indiferente. Mi
madre venía a visitarme. Y yo aguantaba toda aquella humillación. Sin
embargo, mi suegro era diferente, con él siempre me di bien. La velha era
una persona muy lunática. Y la hija igual. Nunca me agradecieron nada de
todo lo que hice por Carlos.
Andreia fue una persona muy buena conmigo. Yo tenía envidia de que su
suegra la tratase tan bien. No era envidia, eran deseos de que mi vida se
pareciese a la suya. A Andreia su suegra la trataba siempre como a una
reina. Sin embargo, a mí la madre de Carlos no hacía otra cosa que
humillarme. Yo no entendía porqué me tenían que tratar así. La velha sentía
celos de su hijo. Eso sí que lo entiendo.
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