TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

agravando con el paso del tiempo. No sabíamos qué tipo de enfermedad era
la que sufría. Y era Sida. Eso para mí fue un shock muy grande. Me puso al
borde del abismo. Fue muy difícil, en poco tiempo perdí todo lo bueno que
tenía en mi vida: mi madre, mi amiga, mi novio.
Antes de morir, mi madre me advirtió que tuviese mucho cuidado con los
hombres, que no confiase en ellos. Mi madre se contagió a causa de mi
padre, que era policía y que tenía una amante, que también tenía Sida. Mi
vida dio un gran vuelco con todo aquello. Quería desaparecer de allí. Me
sentía una persona perdida, sin rumbo. No sabía qué dirección iba a tomar.
La idea de viajar
Entonces, cuando tenía veintiún años, comenzó a surgir en mi cabeza la
idea de salir de Brasil y de viajar a Europa. Yo quería huir de todo aquello.
Dejar atrás toda mi vida anterior. En el mismo sitio donde trabajaba en la
calle había una cafetina que enviaba cada mes a tres o cuatro travestis para
Europa, a Italia. Charlamos y llegamos a un acuerdo. Lo primero que hice
fue agilizar mis documentos. Salimos cuatro personas de Rio para Italia vía
Zürich. Ella y tres travestis más. Fue un viaje frustrado. En Zürich la
policía no nos dejó pasar. Fue discriminación pura. La policía cundo vio
allí en el aeropuerto a cuatro travestis nos cogieron y nos esposaron.
Estuvimos un día retenidas en el aeropuerto mientras esperábamos el vuelo
para retornar. Y nos deportaron por Buenos Aires. Para mí, más que para
ninguna, fue una gran decepción.
Volví a trabajar en la calle. En el mismo lugar donde había comenzado.
Durante esa época yo no tenía expectativa alguna de vida. Nada para mí
daba resultado. Era bebida, era droga… Ya no era la misma persona de
años atrás. No tenía ilusión, aquella alegría de vivir…, sino que me sentía
frustrada y derrotada.
Un año después del fallecimiento de mi madre, conocí a otra persona. Era
un hombre que me ayudó a retomar el rumbo de mi vida. Lo conocí en una
noche loca de fiesta durante un show de transformación que fui a hacer
para la celebración del cumpleaños de una amiga. Poco a poco las cosas
fueron mejorando a partir de entonces. Comenzamos a organizar nuestra
vida. A los tres meses de nuestra relación pasamos a vivir juntos. Fue una
decisión que adopté en contra de la opinión de mi familia. Más tarde conocí
a la madre de mi novio, y fuimos cogiendo confianza. Al principio, seguí
trabajando en la prostitución, pero luego, cuando comenzamos a vivir
juntos a él le decía que yo trabajaba de peluquera. No le dije la verdad, que
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