TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

salir del trabajo, que tenía que hablar conmigo sobre algo muy importante.
Eran las once de la noche. Al cabo de un rato volvió a llamarme. Mi madre
ya estaba nerviosa. De nuevo, me dijo que no me olvidase de encontrarme
con él al día siguiente, que era muy importante. Yo no entendía nada.
Al día siguiente me fui a trabajar. Cuando salí para comer lo llamé por
teléfono y nadie contestaba. Lo llamé otra vez, y tampoco. Lo llamé cinco
o seis veces y no me cogía el teléfono. Yo no sabía lo que ocurría.
Entonces, llamé a su casa y la empleada que trabajaba allí me explicó que a
Julio lo habían llamado por teléfono y que había salido. Después, me llamó
al móvil mi madre, cuando yo estaba en casa de mi tía, y me pidió que
fuese a casa urgentemente. Ella estaba nerviosa, y yo no entendía nada.
Entonces, salí de casa de mi tía y ya me encontré con una vecina que me
dijo, toda alterada, que Julio se acababa de matar.
Yo no sabía cómo reaccionar. Parecía como si fuese una broma. Me fui
para casa de mi madre. Y al rato, nos fuimos mi madre, mi hermano, mi
prima y yo para la casa donde estaba Julio, que era la casa de un amigo.
Cuando llegué allí me di cuenta de que todo era verdad, porque estaba todo
lleno de gente y de policía. El padre de Julio todavía no había llegado.
Todos estaban muy nerviosos. Entré y lo encontré allí muerto en el sofá,
con un tiro en la cabeza. Dijeron que fue un suicidio. Pero, hasta hoy no se
sabe con certeza. También dijeron entonces algunas personas que estaban
jugando con el revólver a la ruleta rusa.
Aquí comenzó otra mala etapa de mi vida. Perdí mi trabajo. Me sentía
como con miedo. Me afectó mucho, porque también salió en las noticias.
Como era una familia muy conocida en la ciudad…
La policía me llamó para declarar. Ellos estaban investigando a todas las
personas que se relacionaban con él, también a través de las llamadas
telefónicas. Tuve que declarar ante la policía unas diez veces…
La familia de Julio no se acababa de creer que se tratase de un suicidio. Las
investigaciones siguieron durante meses, pero como no había pruebas, no
llegó a haber juicio. Yo, la verdad, creo que lo mataron. Él no tenía
motivos para suicidarse. Además, en la casa, cuando lo encontraron, había
muebles y cosas tiradas, como si hubiese habido una pelea. No, yo estoy
segura de que lhe arrumaron uma casinha, que es como dicen en Brasil cuando
le preparan a una persona una emboscada para matarlo.
Al cabo de un tiempo, volví a trabajar. La madre de Julio me llamó y yo fui
a ayudarle en la campaña contra el dengue que entonces se estaba llevando
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