TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

clientes nos pedían abajo. Algunas veces, aún así, nos encontramos con
clientes que no decían nada y luego querían hacerlo sin goma. Entonces,
tocábamos el timbre y llamábamos a recepción. Y subía el encargado o la
recepcionista. Era un problema. Yo decía: que quiere follar sin goma y yo
no follo sin goma. Y entonces se devolvía el dinero al cliente siempre y
cuando una no hubiese empezado a trabajar. Los mismos clientes a veces
te ofrecen quince mil pesetas o más para hacerlo sin goma. Yo siempre les
dije que no, que yo sin preservativo no hacía nada.
Siempre hay comentarios sobre las chicas que más trabajan: que si follan
sin goma, que si hacen griego, etc. Pero, sólo son eso, comentarios. Yo no
supe de ninguna chica que lo hiciese sin goma. Muchas ya tienen sus
clientes fijos, y entonces una ya no se les acerca, pues se respetan bastante
los clientes de las compañeras.
En “El Paso” estuve seis meses. Pagué una parte de la deuda. Luego me
volé con cuatrocientas mil pesetas.
La huida
Durante aquel tiempo en el club hubo muchos problemas con la policía.
Empezaron a haber conflictos con las chicas, pues porque no las dejaban
salir, y empezaron también a haber denuncias. Y ya el trabajo decayó
muchísimo.
Las chicas que pagaron la deuda marcharon. Las que quedábamos teníamos
tres opciones: pagar la deuda, escaparnos o esperar a que la policía nos
deportase. Ésta era la que yo no quería. Y opté por la segunda. Dije: no
pago más, me voy.
Me fui con ayuda de un amigo y también de la cocinera del club. El amigo
nos sacó la ropa del club y la cocinera le ayudaba. Nosotras empacábamos
lo poco que podíamos sacar del club, y el chico se lo llevaba para su casa.
Nos volamos cuatro.
De allí nos escapamos en la mañana. Saltamos la tapia de la parte de atrás
del club y estuvimos unas dos horas y media caminando por el monte. No
teníamos ni idea. Nosotras buscábamos una carretera. A lo último
llamamos al chico por teléfono, y él vino a recogernos. Yo creo que
estuvimos dando vueltas alrededor del club. Nos recogió. Luego fuimos a
tomarnos un café a un bar de Lugo (ríe). De allí nos fuimos para un club de
Ribadeo. El mismo chico nos llevó al club. Y allí estuvimos tres días. Fatal.
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