TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

porque ellas trabajaban y arreglaban cuentas. A las dos semanas ya me
propusieron que fuésemos las tres socias.
Un lunes, que estaba yo haciendo la consignación en el banco de todo lo
que había ganado en la semana, me llamaron al móvil, era Erika y me dijo
toda preocupada que habían venido dos policías buscándome al piso. Le
dijeron que si yo no me presentaba que me iban a botar una orden de
captura. Que porqué, pues por el móvil y cuatrocientos euros.
Ya antes me habían mandado un mensaje diciéndome que me iban a
denunciar a Extranjería. Pero, yo no le puse cuidado. Ellos le dijeron a
Erika que yo me mostrase, que tenía que dar la cara, y me citaban en una
cafetería.
Me puse muy nerviosa, estaba asustada. El novio de Diana me contactó con
una abogada de La Coruña. Me hicieron un papel de convivencia con el
novio de Erika para salir del paso. La abogada me cobró ciento ochenta
euros, pero bueno, el ayudar a uno no tiene precio.
Incluso cogieron y llamaron por teléfono a mi mamá (consiguieron el
número a través de la factura). Le dijeron que yo era prostituta y que había
robado dinero. Mi mamá se puso muy mal de los nervios.
Yo cambié mi número de teléfono, lo cambié todo. Mi mamá me dijo que
ella sabía que yo no era ladrona, pero me preguntó que qué pasaba con lo
de la prostitución. Como decimos nosotras: de ladrona nada, pero de puta
todo lo que quiera. Mi madre es muy comprensiva. Me dijo: - Elena, yo sé
que tú no has cogido nada, porque tú eres mi hija, pero con lo de la
prostitución ¿qué es lo que pasa? Ella lloraba y eso me partía el alma. Yo le
contesté que lo había intentado por todos los medios, limpiando y así, y que
todo eso no me daba nada más que para mantenerme; que de esa manera yo
sólo podía vivir como vivíamos allá en Colombia; que si quería prosperar y
ayudarle a ella y a la familia, tenía que seguir trabajando en esto. Ella me
dijo que su amor de madre por eso no iba a cambiar, pero que tuviese
mucho cuidado, por los riesgos y las enfermedades.
Yo a mi madre la llamo tres veces a la semana, para no perder ese contacto,
y le ayudo todo lo que puedo. Yo le envío dinero a mi madre, y ella les da a
mis primos. El sueldo de allá no alcanza para nada. Yo les mando para que
coman, para que compren ropa y eso.
Un dinero que yo le envié a mi mamá, unos ochocientos euros, ella los
invirtió en una visa, porque quería también venirse para España, y la
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