TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

necesitaba alguna cosa. Me decía que sólo lo hacía por amistad. Pero, yo se
lo notaba en los ojos. Sabía que eso no era amistad, que él quería otra cosa.
Una noche estábamos cenando Juan y yo en el restaurante donde trabajaba
Miki, y comenzó a sonar el teléfono. Entonces, Juan ya se puso rojo. Era
Jose, que quería quedar conmigo. Yo le dije que no podía, que tenía que
quedarme con Juan porque había tenido un accidente con la moto y tenía
que cuidarlo. Después, cuando llegamos a casa, Juan ya me preguntó: -
Vamos a ver, Camila, ¿quién te ha llamado? Yo le dije la verdad. Y
entonces cogí una tarjeta que tenía guardada, que había comprado ya hacía
tiempo, y cambié el número de teléfono. Ni siquiera le di el número a Miki,
porque ella conoce a muchos hombres. Ya cuando estaba trabajando,
venían al piso algunos clientes y me decían que Miki hablaba mucho de mí,
que yo era una amiga brasilera muy guapa y que podían venir a conocerme.
Yo no sé si eso era verdad, si es que Miki decía esas cosas o si se las
inventaban los clientes para quedar conmigo.
Antes Juan usaba mucha droga. Cocaína. Llegaba al club loco de todo.
Usaba cocaína, porros, bebía mucho y estaba siempre en el putero. Sin
embargo, él después cambió mucho. Luego me decía que si yo lo dejaba,
que se volvía otra vez para ese mundo. Yo le dije que sería sólo
responsabilidad suya si hacía eso.
La madre de Juan
Un fin de semana Juan me llevó a su pueblo y me presentó a su madre. Ese
mismo día ya hablé con ella. Sí, Juan entonces estaba muy enamorado,
porque cualquier hombre no hace todas esas cosas por una mujer. Y la
madre ya sabía que yo tenía marido y dos hijas en Brasil. Juan se lo contó
todo. Pero, esa misma tarde en que fui a casa de Juan y estuve hablando
con su madre, ya hubo una cosa que ella me dijo que no me gustó. Me dijo
que ningún hombre haría por mí lo que estaba haciendo su hijo. Yo me
quedé así, pensé en contestarle algunas cosas, y le dije que él me iba a
buscar todos los días porque tenía celos. Y ella me dijo que no, que si lo
hacía era porque estaba enamorado de mí.
Al principio, ella fue sincera conmigo. Me dijo que todo el mundo sabe que
las mujeres brasileras y colombianas cuando vienen a España sólo piensan
en el dinero, y que cuando encuentran a una persona, un hombre bueno, le
quitan todo hasta dejarlo pelado. Yo también fui sincera con ella y le
contesté que no le iba a negar que Juan me daba dinero y que me ayudaba,
pero que eso no significaba que estuviese con él sólo por el dinero, porque
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