08.05.2013 Views

TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Viajé junto con mi prima Sandra. Pensaba que tal vez estaba haciendo algo<br />

equivocado. Quería y no quería. Tenía miedo a las cosas diferentes, a la<br />

comida, al idioma, etc. La cabeza en momentos así piensa mil cosas.<br />

Pensaba en si conseguiría trabajar bien y si pagaría el billete rápido. Sandra<br />

me explicó que si en el aeropuerto me preguntaban la policía les dijese que<br />

era su sobrina y que venía <strong>de</strong> vacaciones. Cuando llegué había más policías<br />

que personas. A Sandra y a mí nos separaron. Me pidieron el pasaporte y<br />

me preguntaron si tenía reserva en el hotel. Yo respondí que no, que iba a<br />

casa <strong>de</strong> mi tía. Ellos me hicieron más preguntas. Un policía me preguntó si<br />

venía para trabajar en la prostitución. Le dije que no, que tuviese respeto,<br />

que sólo venía con mi tía a <strong>de</strong>scansar un poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber perdido a<br />

mi marido. Estábamos allí una fila <strong>de</strong> unas cuarenta mujeres. A algunas las<br />

llevaron a otra sala para <strong>de</strong>portarlas. Lloraban. Yo tuve suerte, y me<br />

mandaron seguir. Al salir me encontré con mi prima Sandra. Me habían<br />

dicho que en España hace mucho frío, pero allí en Madrid sólo hacía calor.<br />

El marido <strong>de</strong> Sandra nos estaba esperando. Viajamos en coche<br />

directamente hasta Lugo. El primer español que vi, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l marido <strong>de</strong><br />

Sandra, fue Ramiro, el dueño <strong>de</strong>l club. Isabella me había contado que era<br />

un club pequeño, un chiringuito, que Ramiro era un hombre bueno, y que<br />

allí se trabajaba bien. Yo dije: bueno, vamos a ver.<br />

Al día siguiente ya comencé a trabajar. Ramiro nos vino a recoger a<br />

Isabella y a mí. Cuando llegué al club, dije: Dios mío, aquí no voy a ganar<br />

ni para sal. Me pareció muy pequeño. Isabella se arregló. Aquella noche no<br />

entró un solo hombre hasta las dos <strong>de</strong> la madrugada. Yo ya estaba toda<br />

<strong>de</strong>cepcionada, y <strong>de</strong> repente, comenzaron a entrar. Un montón <strong>de</strong> hombres,<br />

parecía que hubiese llegado un autobús. Ramiro se me quedó mirando y yo<br />

le pregunté que cómo tenía que hacer. Me dijo: - Es muy sencillo, tienes<br />

que acercarte y <strong>de</strong>cir hola, él luego ya sigue la conversación. Parecía muy<br />

fácil. El primero con el que hablé me preguntó: - ¿Haces el griego? Y yo le<br />

respondí: - No, soy brasilera. Me habían explicado todo lo <strong>de</strong>l rollo <strong>de</strong><br />

papel, el condón ya sabía colocarlo perfectamente, pero lo <strong>de</strong> la sábana no<br />

conseguía enten<strong>de</strong>rlo <strong>de</strong> ninguna manera. Fue divertido. El cliente me dijo<br />

que se iba a hacer una paja y yo no lo entendía. En Brasil paja es una<br />

punheta. Luego, me dijo que se iba a correr encima <strong>de</strong> mi pierna. Entendí<br />

que quería que saliese <strong>de</strong> la habitación, y me marché. El hombre se enfadó<br />

todo. Después, Ramiro, que no paraba <strong>de</strong> reírse con eso, me explicó que<br />

“correrse” era gozar, que no era marcharse como había entendido yo.<br />

Ramiro se moría <strong>de</strong> risa.<br />

Aquella noche me hice ciento sesenta y ocho euros en tres pases y dos<br />

copas. Al principio, tenía miedo, no sabía cómo iba a salir todo aquello,<br />

321

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!