TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

hermana me decía que buscase trabajo, que necesitaba que yo le colaborara
con los gastos. Yo no tenía siquiera llave del apartamento, y no podía
hablar con nadie, me tocaba dejar a mi novio. Pero, nos veíamos a veces a
escondidas, en las tardes. Un día él me dijo que venía, y vino, y como yo
no fui a encontrarme con él, me llamó en la noche, y entonces mi hermana
se dio cuenta de que era un hombre. Mi hermana ya estaba brava de antes
conmigo. Y resulta que yo andaba casi sin plata, y un día que me fui con
una amiga, cuando regresé mi hermana ya estaba diciéndome que yo me
iba a quedar embarazada y que ella no quería cargar con culpas. ¡Tan tonta
yo! Que de ahí volví a casa de mi madre. Duré cuatro meses allí. Pero, con
mi hermano estuve como dos años sin hablarme.
Un día mi mami me mandó a casa de una amiga de ella, de una señora. Me
fui para donde ella, y como ella conocía todos los problemas, me dijo que
si quería podía quedarme en su casa. Yo me quedé esa noche. Ella me decía
que yo iba a terminar mal con todos esos problemas que tenía en mi casa.
Insistía en que no me marchase. Así que me quedé allí. Y duré un año.
Esa señora se llamaba Esther, y administraba un club deportivo. Yo le
ayudaba a despachar con los camareros. Allí estuve trabajando como unos
cinco meses. Luego comencé a trabajar en una empresa que se encargaba
de los equipos médicos. Estuve trabajando allí durante siete meses. Al
dueño de la empresa yo lo había conocido en el club de Esther. Él me
proponía de todo, pero nunca llegó a perderme el respeto. Y la esposa de él
era muy buena gente conmigo.
Yo ya había estado buscando trabajo por fuera. Estuve tres meses sin
trabajo. Cuando me retiré de la empresa esa dejé de vivir con Esther. Y me
fui a vivir a una casa cerca de donde mi mami, a la casa de la señora que
me había ayudado a quitar la ropa de la casa. Luego, empecé a trabajar en
una empresa de electrodomésticos como vendedora. Allí duré nueve meses.
A los cinco meses de estar trabajando conocí a un señor. Yo tenía
noviecitos, pero nada serio. Él tenía cuarenta y cinco años y era separado, y
tenía una hija. Cuando yo lo conocí él ya estaba separado. Yo no tuve nada
que ver con eso. En cambio, la mujer de él me miraba y me perseguía,
porque trabajaba en una inmobiliaria cercana. Él también manejaba un taxi.
Yo iba a veces al apartamento de él, y allí lo esperaba. Un día me fui para
allí y estaba la ex esposa. Y él permanecía en la puerta esperándome.
Luego, él cerró con llave, pero vi a la mujer que me gritaba de todo: perra,
estafadora, sonsacadora,… Entonces, él se puso a hablar conmigo. Pero, yo
le dije que era mejor que arreglasen sus problemas, que yo por hombres y
por tripas no peleo. Entonces, él me dio para el taxi y me marché.
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