TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

follando la noche entera. Pero, con las drogas no todos los organismos son
iguales, hay personas que les da de una manera y a otras de modo distinto.
Yo empecé a drogarme por pura curiosidad y por voluntad propia. No
como otra gente que se meten en el mundo de las drogas por sus problemas.
Yo lo hice porque me dio la gana. Aunque, en el tema de las drogas aquí en
España es todavía peor. La mayoría de las personas que conozco, que he
conocido aquí, sobre todo en los clubes, son consumidores de drogas.
Consumí drogas hasta los veinte años. A veces no conseguía dormir. Una
noche que no podía dormir, le rogué a Dios que me cambiase de vida. A
partir de ese día dejé de tomar drogas. Mis amigos me llamaron de careta,
pero a mí me daba igual. Más tarde tuve una recaída y volví a consumir
noia, y luego ya lo dejé definitivamente.
La aventura de la Guayana
Mi novio me agobiaba demasiado. Él era muy celoso y entonces decidí,
con dieciocho años, marcharme con una amiga para la Guayana francesa.
Estuvimos en Kourou durante unos cinco meses. Ahí fue que empecé a
prostituirme, y también cuando experimenté con drogas duras como el
crack.
En la Guayana me envolví con un legionario alemán que estaba loco. Era
un hombre muy guapo e inteligente, pero las drogas habían acabado con él.
Si eres fuerte el crack te deja con la piel y los huesos. Hans estaba así, todo
demacrado y flaco, con su belleza escondida tras el cabello largo y la barba.
Mi amiga también estaba enganchada. Vivíamos los tres juntos, Hans,
Brenda y yo. Después, estuve viviendo un tiempo con un chico francés.
En Kourou no había clubes de alterne, sino danzeterías. Nosotras salíamos a
bailar, nos emborrachábamos y entonces los chicos se nos acercaban para
estar con nosotras. La mayoría de los hombres eran legionarios e ingenieros
del centro espacial que había en la ciudad.
Trabajé en la prostitución durante los primeros dos meses y medio.
Después, lo dejé porque me fui a vivir con mi novio francés. Durante el día
hacía una vida normal y por la noche me iba de marcha.
Tenía muchos clientes chinos. Tenía más de veinte chinos conmigo. Los
chinos son muy preconçeituosos, ellos no se mezclan con cualquier chica. Son
muy raros, pero a mí se me daban muy bien. A ellos les cuesta mucho tener
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