TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Yo quería ir en autobús. Pero, mi amiga prefirió viajar de carona. Nos llevó
un cliente del club. Después, nos dijo: - Bueno, ya sabéis que carona no se
da así como así… Y mi amiga ya le contestó: - Pues, vamos para un hotel.
Y fuimos para un hotel. Yo me quedé en el coche y ellos se fueron para el
hotel. Me quedé dormida.
Seguimos el viaje. Al llegar a Corrientes nuestro amigo nos dejó en la
rodoviária. Allí, le pedimos a otro taxista que nos llevase a un club. Y nos
llevó a un club tan fulero…
Los pases en Argentina eran ridículos, eran como a veinte pesos. El peor
día de mi vida fue cuando fui a ese sitio. Los programas eran muy baratos y
la gente nos miraba como si fuésemos bichos raros. Yo llevaba una peluca
negra con una mecha blanca y mi amiga iba con el cabello rojo. El dueño
del club nos dijo que teníamos que ser más naturales y usar ropa más
sencilla, que teníamos que trabajar de vaqueros y con blusa recortada. Era
un club pequeño y ya habían tenido problemas con la policía. Por fuera ya
era desolador. Casi mato al taxista… Le dije a mi amiga: - Vaya sitio
hemos ido a parar. Y me quedé enfadada con ella durante varias horas. Y la
bebida…, allí sólo tenían coca-cola, fanta y cachaça brava. Aquella noche
sólo me hice tres pases de veinte pesos.
Y llegó el día siguiente y nuestra comida fue arroz, un arroz todo
apretado… Fatal. Allí sólo había argentinas. Nosotras éramos las únicas
brasileras y no entendíamos nada de lo que nos decían.
Sólo nos quedamos dos días. Cogimos un autobús de nuevo hasta Foz de
Iguazú. Dormimos en el hotel y regresamos a Sâo Paulo. Lo primero que
hicimos fue dejar las maletas y bajar a la Avenida Indianópolis. Les dijimos
a las chicas que habíamos tenido una aventura inolvidable…
Un fin de semana en Rio
El japonés me preguntó que dónde había estado durante toda la semana. Le
dije que me había ido de aventura con mi amiga a conocer la Argentina. Y
me preguntó si necesitaba algo. ¡Claro! No había ganado nada. El japonés
me dio quinientos sesenta reales y me dijo que ahora tenía que descansar.
Ya pensé que me salía caro porque me pidió que pasase el fin de semana
con él. Pasé el sábado y el domingo con él en Rio de Janeiro. Mi amiga,
que es muy aprovechada, me dio un paquete para que se lo llevase a su
madre. Y se lo llevé.
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