TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

que como era la jefa del piso me estaba aprovechando, y no era así.
Además, los clientes siempre buscan variedad.
Las travestis trabajan mucho más que las chicas. A finales de año me quedé
sin chicas en el piso, y hubo ocasiones en que había tanta gente en el piso
que ya resultaba complicado trabajar. Y las chicas se fueron marchando.
Tuve problemas con algunas. Hay chicas que abusan de la confianza. Una
de ellas fue Daniela, que dejaba de trabajar y se iba cuando le apetecía para
salir con los tíos, un descontrol total y eso no puede ser. Para mí Daniela ha
sido una mala influencia. Y con Victoria tenía muy buena relación, pero lo
que pasó es que cuando llegaron unas travestis al piso para trabajar
comenzaron los problemas y los celos. Parecía que yo estaba en su casa, en
vez de estar ella en la mía, y también salía cuando le daba la gana y sacaba
del piso a las travestis.
A los cuatro meses de abrir el piso ya no quise más chicas. Se trabajaba
mucho mejor con las travestis. Además, la convivencia en el piso era
mucho mejor, las travestis están siempre riendo, son muy alegres y
cariñosas. Sin embargo, con las chicas siempre hay problemas. Victoria,
por ejemplo, los fines de semana cuando venía el novio cogía y se
marchaba del piso, y no decía nada. La última vez que se fueron ella no
volvió en cuatro días. Yo nunca fui de poner multas y esas cosas, pero si
estás en un piso de trabajo tienes que acatar unas normas. A Victoria le
tuve que pedir que se marchara. Y esto me ha pasado más veces. A Daniela
también la tuve que echar. Y ya ves, que seguimos siendo amigas y nos
tomamos unas cervezas juntas, bromeamos y tal, pero hay ciertas cosas que
no puedes permitir en tu casa.
Cuando Daniela me pidió para venir al piso le dije que sí, y al principio
trabajó bien, se hacía cuatro o cinco pases. Pero, Daniela estaba muy
loquita, cogía y también se marchaba o se emborrachaba. No puedes
permitir esas cosas en un piso de trabajo. Fue Fabiano quien habló con ella.
Entonces, cogió sus cosas y alquiló una habitación en el primer piso.
Desde entonces no quise más chicas en el piso y sólo trabajé con las
travestis. He tenido hasta cuatro travestis juntas en el piso. La mayoría de
los clientes que vienen a los pisos quieren a las travestis. Conozco un piso
en Madrid que tiene trabajando a más de diez. Además, las travestis cobran
más por el pase. Si una chica gana cuarenta euros, la travesti pasa por
cincuenta. Pero, lo más divertido era que todos los clientes que venían al
piso era para que se los comese la travesti. Ellas dicen que eso es increíble,
que en Brasil no es así, pero aquí todo es al revés, los tíos vienen a los pisos
240