TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

marchar y que regresaría cuando mi hijo cumpliese cinco meses, que
entonces lo dejaría con mi madre, y que si él después podía enviarme una
carta de invitación regresaría al club. Ramiro me dijo que sí, que me haría
la carta, pero que tenía que quedarme al menos unos seis meses trabajando
en el club. También, me dijo que era una tontería que me fuese para Brasil
para tener al niño, que era mucho mejor que me quedase y que lo tuviese en
España, que él tenía un amigo abogado que me podía ayudar con los
papeles. Entonces, Luana, la cocinera del club, me dijo que podía quedarme
allí hasta tener al niño y me ofreció su puesto de cocinera. Así fue como
empecé a trabajar en la cocina. Durante el día en la cocina. Me despertaba a
las diez de la mañana, hacía la comida, arreglaba la cocina para tener todo
listo para que comieran las chicas a la una, y después arreglaba las
habitaciones, hasta que daban las seis de la tarde que comenzaba con la
cena, cuando venían las colombianas de Lugo y también había que tener la
cena lista. Terminaba a las nueve de la noche. Me duchaba y luego me iba
al salón a putear. Como el club no cierra hasta muy entrada la madrugada,
ese ritmo acababa conmigo.
Durante un mes y pico conseguí trabajar bastante bien en la cocina y en el
salón. Pero, después, a partir del séptimo mes de mi embarazo, ya me sentía
muy pesada y con la barriga ya grande no daba para follar. Ahí fue que dejé
de follar, pero seguía yendo igual al salón porque siempre había algún loco
que me invitaba a una copa.
El primer día del año 2005 estaba el club a tope de hombres, y había muy
pocas mujeres. Ramiro me pidió que fuese al salón, que había que hacer
algo con aquellos hombres. La mayoría de los clientes no se daban cuenta
de que yo estaba embarazada, porque allí las colombianas y las
dominicanas son redondas y otras cuadradas. Comparada con ellas soy casi
una princesa. Pasamos toda la noche bailando, con música de nuestros
países, de Brasil, de Colombia, etc. Me hice cinco pases y tres copas. Y al
día siguiente me levanté igual a las diez de la mañana.
Me sentía ya bastante mal, y arreglé el salón, las habitaciones, todo.
Terminé el trabajo a las nueve de la noche. Y como Ramiro no podía
llevarme a Lugo me quedé en el club. Al cierre, cuando dieron las cinco de
la madrugada, me trajo para casa.
Cuando llegué al hospital al día siguiente, me dijeron que fuese a casa para
recoger mis cosas, que tenía que ingresar porque ya tenía contracciones y
necesitaba también hacer una cesárea. Yo creo que eso fue porque follé
demasiado el sábado todo, y encima bebiendo alcohol y de pie con los
tacones…
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