TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Ariquemes a las siete y media de la noche, y salía a las once o a las once y
media y regresaba a casa. Luego salía para el garimpo sobre las cinco de la
mañana y estaba allí hasta las cinco o cinco y media de la tarde, y regresaba
otra vez para Ariquemes. Durante aquella época yo era una mujer muy
fuerte. Mido un metro setenta y cinco y pesaba entonces unos noventa y
cinco kilos. Era todo músculo. Ya luego, durante el último año enfermé por
agotamiento físico y adelgacé treinta kilos. Desde entonces, nunca más
volví a engordar.
El garimpo se rige por la ley de la selva. Lo peor es siempre por la noche. Yo
me quedé en el garimpo durante los dos primeros años. Luego, cuando volví
a estudiar ya regresaba todas las tardes a Ariquemes. En el garimpo no entra
la policía para nada, a no ser la policía federal y sólo si viene una tropa
grande y bien armada. Vienen sólo para recoger los cadáveres.
Con catorce años comencé a entrenar moto-cross. También hice rallies con
jeep por la selva. Soy una apasionada de las motos, los camiones y también
de los caballos. En el garimpo hay muchos sitios que no dan para pasar si no
es con moto o caballo. Yo normalmente iba de moto al trabajo. Por
desgracia, ya no puedo practicar nada de eso a causa del accidente que
sufrí. Llegué incluso a conocer al “Zebrinha”, el mejor piloto de moto de
todo el Estado de Rondônia.
El garimpo es un lugar muy complicado y peligroso. Para poder sobrevivir
dentro del garimpo tienes que ser una persona capaz de actuar en algunos
momentos con mucha capacidad de decisión, pero también al mismo
tiempo, tienes que ser capaz de permanecer al margen en algunas
ocasiones. Como lo que sucedió recientemente con mi hermano, que tuvo
que matar a un tipo en el garimpo. Era él o el otro. Ahora está preso en la
cárcel de Ariquemes. Pero, creo que se resolverá en su favor, porque hay
bastantes testigos que declararán a su favor. Mi temor es lo que pueda pasar
con la familia del tipo que mató. Ellos pueden mandar matarlo a él o a su
familia.
Una vez me ocurrió una cosa que no he conseguido olvidar. Yo iba de moto
para el garimpo y me salieron al paso dos motoristas. Me siguieron. Como
yo corría más que ellos, comenzaron a dispararme. Me tiraron y una bala
me entró en la pierna derecha. Era un 32. Cogí la escopeta y tiré hacia
atrás. Eran garimpeiros malandros. Al día siguiente, me enteré de que uno de
ellos estaba muy mal herido en el hospital. Lo dejé pasar. No denuncié lo
sucedido porque la policía no quiere saber nada de lo que pasa con los
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