TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

habitaciones. Sólo era para hacer salidas y follar en el hotel. Conocí a
alguna brasilera, pero lo que más había eran rumanas y también africanas.
A mí me apetecía trabajar algo, pero Dino no me dejaba. Por eso no llegué
a trabajar. Los últimos días que estuve allí con él me dijo que tenía un
detective y que me iba a seguir para saber si yo iba a trabajar.
El regreso a Brasil
En mayo de 2002 regresé a mi país. Nunca más volví a ver a Dino. Regresé
con tres mil dólares. Dino me daba mucho dinero. Mientras estuve allí en
Italia no me faltó de nada, siempre comía fuera y me sobraba dinero para
enviar a Brasil. Entonces di la entrada para comprar un terreno y empecé a
buscar empleo.
Trabajé durante cinco meses en el despacho de un abogado. Me pasaba
todo el tiempo en la calle repartiendo papeles. Me gustaba ese trabajo.
Pero, el salario era poco, apenas trescientos reales. Y trabajaba nueve
horas. No tenía tiempo ni para comer. Me cogí una gastritis por comer todo
el día de lanches.
Después fue cuando conocí a la chica que enviaba las mujeres para España.
Una vecina de mi madre le comentó que esa chica tenía el contacto para
enviar gente a España. Yo fui a su casa y ella me enseñó fotos de los clubes
de aquí. Me dijo que no llevase ropa muy llamativa porque podían abrirme
la maleta en el aeropuerto. Ella también me dijo que yo iba a ganar
cincuenta mil reales en tres meses. Nunca fue así, siempre gané menos de
esa cantidad. Lo que sí me explicó fue el horario y las condiciones
económicas. Yo pagué dos mil seiscientos euros por el billete. El precio
normal entonces no llegaba a mil euros, pero en ese momento tú sólo
piensas en viajar y no entiendes las cosas de ese medio. Ahora creo que ella
se llevaba unos mil euros de comisión por cada chica.
El viaje a España
El 29 de diciembre de 2002 llegué a España. De Santiago viajé en taxi
directamente al club “Atenea”. Viajamos dos chicas juntas. Yo conocía a
Mairla ya de Curitiba. Pero, ella no aguantó y volvió a Brasil. Sólo se
quedó un mes y veinte días, que era la fecha del billete para retornar.
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