TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

problema que hubo él decidió separarse de mí. Fue un problema de celos.
Yo tenía rumores y chismes, a mi hermana le comentaron. Yo discutí con
él, peleamos. Mi niño ya había nacido, tenía seis meses. Entonces, él
decidió que nos separásemos y me llevó a casa de mis padres.
Yo tenía diecisiete años. Mi papá me recibió, pero me dijo que no me
trajera nada de allá, nada del piso. Alfonso siempre ha respondido por el
niño. En eso es un magnífico papá. Al principio, él iba a casa y hablaba con
mis padres. Era como si todavía fuésemos novios. Yo le decía: hagamos los
papeles del divorcio. Y él me decía que no.
A pesar de estar separados, seguíamos teniendo relaciones, estando juntos.
Hasta que me di cuenta de que él andaba con viejas, tenía novias. Yo
empecé a sufrir mucho, porque lo quería muchísimo. Mi papá entonces ya
no volvió a hablarle. Papá lo detesta.
Fueron pasando ya los años. Seguí estudiando. Terminé el bachillerato.
Empecé a estudiar enfermería… Alfonso seguía yendo a visitar al niño,
respondiendo. Pero, teníamos un montón de problemas. Como seguíamos
teniendo vida de pareja y él tenía otras mujeres, yo le hacía reclamos. Yo
seguía muy enamorada de él. Y peleábamos por eso, por los celos. Eran
tantos los problemas que teníamos que un día él conoció a una chica y se
fue a vivir con ella. Estuvo con ella cuatro años más o menos. Desde que la
conoció a ella, la relación íntima de nosotros se fue distanciando. Ella fue
la culpable de que nos divorciásemos con papeles.
Yo tenía aún la esperanza de que las cosas podrían cambiar algún día, de
que volveríamos a estar juntos para dar un bienestar a los hijos. No es lo
mismo dar una estabilidad en pareja, que si está la persona sola, ¿me
entiendes? A pesar de todas sus aventuras, yo mantenía esa esperanza.
Él y su familia eran distintos que la mía. En su familia eran más
comprensivos. Eran una gente muy unida, siempre brindando en los
aniversarios, comiendo torta, pasando un rato agradable… Por eso a mí me
resultaba tan difícil alejarme de su mundo. Mi suegra me quiere como si
fuese mi mamá, y yo le tengo mucho cariño. Nos teníamos mucha
confianza, yo le contaba todas mis cosas. Con mi mamá era diferente.
En los momentos especiales, en las fiestas, Alfonso siempre se reunía con
nosotros. Aunque estuviese ya viviendo con la mujer, él venía siempre a
celebrar con nosotros y también para estar con el niño. Todo el divorcio lo
hicimos tranquilamente. Cuando nos estábamos divorciando, todo el
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