TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

MARCELA
Mi infancia
Nací en Chinchiná – Manizales, en el departamento de Caldas, el 24 de
junio de 1980. Recuerdo que mi infancia fue muy bien, muy bonito. Me
crié en un ambiente muy familiar. Vivíamos en una casa de doble piso. Yo
vivía en el segundo, que era realmente el balcón, con mi abuela, mi
hermana y una tía. Abajo estaban mis tíos y mis primos. En esa casa viví
toda mi vida, hasta los veinte años en que ya me vine para España. A los
nueve años murió mi padre. Mis papás eran separados. Mi papá fue quien
decidió que yo viviese con él. Siempre tuvimos lo necesario, nunca nos
faltó de nada.
Del colegio recuerdo las muchas veces que me echaron (ríe). Que ¿por
qué? Pues porque hacía muchas travesuras. Yo era una niña muy traviesa.
En el colegio no me gustaba nada la clase de religión. Yo no entendía la
clase de religión que daba la profesora. Siempre empezaba hablando de
religión y terminaba hablando de política. Yo entonces un día le dije, mejor
yo soy atea y no vuelvo a tu clase.
Sí que tuve muchas amigas. Pero, mi mejor amiga era mi hermana. De
todas maneras, siempre me he llevado mejor con los chicos que con las
chicas. Sí, yo en el colegio era muy traviesa. Pero, ahora ya cambié, ya
maduré.
Mi adolescencia
Comencé a salir con mi primo a los diecisiete años. Tuvimos dos años de
relación. A los diecinueve me quedé embarazada, y permanecimos juntos
hasta los cuatro meses de embarazo. Luego, decidimos que las cosas no
iban bien, y lo dejé. Decidí dejarlo porque era demasiado inmaduro, un
títere, como digo yo, se dejaba siempre manejar de sus padres. También en
este tiempo él quedó sin trabajo, y entonces su familia decidió que no
trabajara, que ellos le daban lo que él necesitara. No tomaron en cuenta mi
embarazo. Tú arréglatelas como puedas. Su familia siempre me dijeron que
ellos me iban a apoyar, que me iban a dar todo lo que yo necesitase. Eso
fue falso. Nunca me han dado nada. Mi familia, por otro lado, al principio
eran un poco incómodos, porque decían que yo estaba todavía muy joven.
Sin embargo, siempre me apoyaron, y nunca me dieron la espalda.
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