TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

A mí no me gustan los hombres fofoqueiros y que no tienen carácter ni
vergüenza. Nadie me obliga a permanecer con ninguna persona. Jose, el
novio de Janaina, hablaba mal de mí. Y ella lo defendía. Eso también me
dolió mucho. Beni no dejaba de llamarme por teléfono. Yo le dije un día: -
Beni, deja de molestarme, sino voy a llamar a la policía. Y él me contestó
que me iba a matar. Empezó a vigilarme, para saber con quién andaba. Yo,
por aquella época ya salía con Leandro. Prefiero a Leandro, porque a pesar
de que es feo y viejo, nunca me ha hecho ni la cuarta parte del daño que me
hizo ya Beni en pocos días.
Luego decidí hacer una plaza en un club a las afueras de Madrid. Victoria y
yo concertamos la plaza. Janaina se enteró. Me llamó y me dijo que quería
viajar conmigo. Enseguida hizo las maletas y se vino para el piso. Victoria,
Janaina y yo cogimos un taxi y nos fuimos para la estación de autobuses.
Ella le mintió a su “marido”.
Cuando llegamos al club nos sorprendió un frío horrible. Era febrero. Sólo
aguantamos cuatro días. Yo entonces quería ir a Valencia, y Janaina quería
que regresase a Lugo con ella. Y comenzó a llorar. Me pidió que por amor de
Deus. Y le dije: vale, de acuerdo. Regresamos a Lugo. Le dije entonces que
nuestra relación ya no daba más resultado y que también dudaba de sus
sentimientos. Su amor era un amor loco. Ella quería llevar a Jose para la
habitación, y yo no podía aceptar que le diese un trato diferente al de un
cliente. Vino al piso llorando, diciéndome que era una mujer indecisa y que
no sabía qué hacer.
Ella quería estar con Jose y conmigo al mismo tiempo. Le dije entonces
que se quedase con Jose, que él le ayudaba mucho y que el amor no llena la
barriga. Me contestó que jamás le gustaría Jose, que sólo estaba con él por
el dinero. Como ella no se decidía, decidí yo. Janaina se marchó con él.
Recogió todas sus cosas y se fue. Para mí era la decisión definitiva entre
nosotras. Le dije que no quería saber nada más de ella. Había sufrido
mucho por su culpa. Aunque, la vida da tantas vueltas…
Me quedé un mes y poco sin trabajar. Leandro me ayudó con los gastos del
piso. Después, unas amigas me llamaron para ir a trabajar a un club en
Monforte. Fui con una amiga, con Sandra. Sólo estuvimos tres días. Al
tercer día llegó Extranjería. Yo les di todos mis datos falsos, nombre y
apellidos diferentes. Me fui del club y no volví más.
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