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TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

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- Sí. Pero, yo sabía que no era él. Me quedé muerta <strong>de</strong> miedo. Aquel<br />

hombre empezó a hablar bajo y a pedirme que abriese la puerta. Siguió<br />

llamando y empujando. Entonces, grité y llamé a mi vecino por la ventana,<br />

y aquel hombre salió corriendo. No dormí nada en toda la noche. A las<br />

cinco llegó Luciano. Yo estaba temblando, sin control. El vecino le contó a<br />

mi marido lo que había pasado, y me llevaron al hospital.<br />

Gracias a Dios mi hijo nació perfectamente. Luego, nos fuimos para casa<br />

<strong>de</strong> mis suegros. Mi suegro me aconsejaba y me <strong>de</strong>cía que,<br />

<strong>de</strong>sgraciadamente, su hijo no iba a cambiar. Fue entonces cuando pensé en<br />

la posibilidad <strong>de</strong> viajar a Europa, a Suiza. Mi hermana ya estaba en Suiza y<br />

yo mantenía contacto con ella. Me <strong>de</strong>cía que no tenía necesidad <strong>de</strong> seguir<br />

sufriendo, y que si quería podía ir a Suiza para intentar buscar una vida<br />

mejor, que ella me ayudaría. Yo le contaba siempre mis problemas y<br />

dificulta<strong>de</strong>s. Y ella me <strong>de</strong>cía que me buscaría un trabajo <strong>de</strong> “babysister”.<br />

Aunque, en aquella época yo todavía tenía esperanzas <strong>de</strong> que Luciano<br />

cambiase.<br />

Con menos <strong>de</strong> un mes le retiré el pecho a mi hijo con el fin <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r hacer<br />

el viaje. Mi suegro me apoyaba. Pero, a las pocas semanas mi suegro<br />

falleció, y entonces <strong>de</strong>cidí darle a Luciano una última oportunidad. Para él<br />

fue un shock. Por eso pensé que iba a cambiar. Pero, tardó solamente una<br />

semana en volver a las andadas. Incluso peor. Hasta su hermana le rogó<br />

llorando que tenía que cambiar, que ahora él era el único hombre <strong>de</strong> la<br />

familia y que si seguía así nadie nos iba a respetar. Porque en Brasil es así,<br />

el hombre tiene que hacerse respetar, sino la sociedad pier<strong>de</strong> también el<br />

respeto a las mujeres. Pero, ni así cambió.<br />

Le pedí a mi hermana que esperase un tiempo. Luciano empeoraba<br />

constantemente. Enfermé, sin saber porqué. Me contagió una infección<br />

vaginal. Otra mujer se la pasó a él. Tuvimos que tomar un tratamiento los<br />

dos juntos. Y le volví a perdonar. A mí aquello me produjo mucha<br />

vergüenza. No se lo conté a nadie, para no empeorar más aún las cosas.<br />

Luciano volvió a <strong>de</strong>cirme que iba a cambiar. Yo pensaba ¿será que <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> todo lo sucedido podrá cambiar realmente? Me <strong>de</strong>cía que yo era una<br />

gran mujer, que tenía un buen corazón por perdonarlo tantas veces, y que<br />

iba a cambiar. Aquella tranquilidad sólo duró un mes. Y volvió todo aquel<br />

infierno. Yo le echaba en cara el haberme contagiado una enfermedad. Su<br />

única preocupación era curarse. Después, lo olvidó todo.<br />

Volvimos a casa <strong>de</strong> su madre. Luciano seguía yendo al barrio para estar<br />

con los amigos. Yo estaba muy perturbada y sufría sobre todo por mis<br />

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