TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

Ya experimenté eso en los pisos donde trabajé. Un día Tania casi no
consigue echar a un hombre que vino al piso. No quería salir, sólo hablaba
y hablaba. Cuando Tania le puso la mano en el hombro para decirle que se
marchase, él le dijo que le quitase la mano de encima o que le rompía la
cara allí mismo. Para conseguir echarlo, Tania tuvo que amenazarlo con
que iba a llamar a la policía.
El embarazo
No me gustó el trabajo en el piso, y volví para el club de Ramiro. Entonces,
comencé a trabajar y después ya fue cuando descubrí mi embarazo. En el
club estábamos nueve brasileras y tres rumanas. Las rumanas rodeaban a
los clientes ya en la puerta, salían a buscarlos y ya iban directas a la
habitación. Las brasileras casi no trabajábamos. Le dije a Ramiro que eso
no era justo, que ellas nos estaban perjudicando mucho. Ramiro fue muy
claro. Me dijo: - Bruna, las mujeres que trabajan a mí sólo me dan
ganancia. Fue claro y sincero. Yo dije, vale. Como Ramiro no iba a hacer
nada, me enfadé mucho.
Una noche comenzamos a beber martini y whisky con red bull, y nos
emborrachamos. Entonces, les dije a las rumanas que si volvían a salir a la
puerta para buscar a los clientes las iba a sacar fuera a golpes. No se
movieron en toda la noche, se quedaron allí sentadas sin levantarse de la
silla. Esa noche las brasileras trabajamos muy bien.
Cuando desperté me sentía fatal, con una resaca terrible. Y sentía también
que mi barriga se movía un poco. Esto me pareció extraño. Esa tarde,
Ramiro me llamó y me dijo: - Bruna, ven, vamos a hablar un poco. Y entré
con él en la recepción y cerramos la puerta. Ramiro me dijo así: - Bruna, tú
sabes que a mí me gustas mucho, que eres una buena chica, pero ¿qué está
pasando? Le dije que no podíamos seguir así, con las rumanas esperando a
los clientes en la puerta, y que si seguían así me marchaba del club. Ramiro
me dijo está bien, que no iba a permitir a las rumanas que saliesen fuera
para coger a los clientes. Eso fue un domingo, y el lunes fui al médico. Allí
me hicieron una ecografía, y me descubrieron un embarazo de cuatro meses
y medio. Casi no podía creérmelo.
Me quedé unos cuatro días sin trabajar. Con el dinero que tenía me compré
un billete para marchar a Brasil. Me costó seiscientos veinte euros, era un
vuelo por Oporto que iba directo para Brasil. Marqué para viajar en treinta
días. Entonces, Ramiro me llamó y me preguntó qué era lo que estaba
pasando, que yo ya no trabajaba más. Le conté la verdad, que me iba a
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