TESIS DOCTORAL - Instituto de Migraciones

on con coca-cola. Nos contábamos chistes y tonterías, y nos
escojonábamos de risa.
Otra vez, un joven de unos veintitrés años, que me pagaba muy bien pero
que era muy pesado, quería chuparme el culo y yo no le dejé. Usaba mucha
droga. Era un quinqui a causa de la droga. Quería que yo fuese su novia.
Estaba loco.
Al piso venían muchos chicos jóvenes y empresarios, más que en los clubes
en que he trabajado. Cuando llovía era cuando venían más clientes. No sé
la razón, pero era así. Por eso cuando empezaba a llover ya me preparaba.
Trabajé allí durante esos meses. Me sentía como en mi casa, tenía toda la
libertad que quería. Comía cuando quería, no había ningún problema. La
dueña era una persona maravillosa. No era como en otros pisos, que las
chicas cuentan que les prohíben un montón de cosas. La dueña era una
persona de puta madre. Me sentía como en casa y ganaba mi dinero.
La mayoría de los clientes venían por la tarde y también durante la
madrugada. Los que venían de madrugada eran los jóvenes. A veces me
estresaba un poco tener que levantarme y atender a los clientes. Las noches
que tenía más sueño eran siempre las que venían más hombres.
Teníamos algunos clientes fijos. Había uno que me encantaba. Era joven,
veintidós o veintitrés años. Follaba muy bien. Me sentía muy bien con él,
además era guapísimo. Trabajando en la prostitución es raro que disfrutes,
sólo piensas en el dinero. Pero, algunas veces conoces algún cliente que te
hace disfrutar. Es normal, somos personas, y algunos saben cómo tocar a
una mujer.
Conozco a una chica que disfruta con todos. Y también le gustan las
mujeres. Cuando ella salía de la habitación siempre comentaba lo bien que
lo había pasado o la polla tan buena que tenía… Una vez que estaba
sentada con ella en el sofá quería tocarme las tetas. Usaba mucha cocaína y
estaba un poco loca. Me decía: - Tía, estás muy buena, déjame besarte,
déjame tocarte las tetas. Yo me escojoné de risa y le dije que me dejase en
paz, que no se equivocase. Me dijo que si quería que me pagaba.
En la prostitución hay muchas chicas a las que les gustan las chicas. Yo
creo que es porque se empieza trabajando haciendo los tríos y los lésbicos,
y al final te acostumbras y te acaba gustando. Empiezas con el cachondeo y
probando por el dinero, y después le coges el gusto y quieres más. En el
sexo no hay límites y todo lo prohibido atrae a la gente. Si cierras los ojos y
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